Las llamas del vehículo se propagaron con rapidez por la fachada del edificio de Cáritas. Foto: SONIA BRETONES

Seis coches afectados, tres de ellos completamente calcinados, y graves daños en la fachada del edificio de la calle Carlos III de Eivissa donde Cáritas tiene su centro de día y el comedor y lugar donde también se ubica el albergue municipal. El humo ha motivado que todas estas dependencias hayan quedado provisionalmente inoperativas. Trece personas que dormían en este inmueble tuvieron que ser desalojadas sin que hubiera que lamentar víctima.

Este es el resultado de un fuego que se declaró sobre las cinco y media de la madrugada de ayer en la misma puerta de estas instalaciones y que, según los primeros indicios, comenzó al incendiarse uno de los vehículos siniestrados, un Mercedes. La policía inició inmediatamente las pesquisas sin que durante la jornada de ayer se hubiera descartado que fuera intencionado, como así se sospechaba.

En principio, no se podía descartar ninguna hipótesis aunque los primeros indicios apuntan a que, si fue provocado, éste no fue dirigido directamente contra alguna de las entidades perjudicadas. Pese a ello, la policía trataba de aclarar si hubo alguna venganza contra la propietaria del Mercedes calcinado, si el coche fue elegido al azar y si este hecho guardaba también algún nexo con alguien que hubiera «visitado» recientemente alguno de estos servicios. Según la información recogida por este periódico, se da la coincidencia de que la dueña del Mercedes trabajó en su día para el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Sant Josep, consistorio del que es funcionaria.

A todo ello se une de que no es la primera vez que Cáritas se ve afectada por un suceso de estas características. En diciembre de 2007, la institución perdió su furgoneta, estacionada en la calle Felipe II, en un incendio que también se creyó provocado. En el albergue, a su vez, la policía ha tenido que intervenir en otras ocasiones por disturbios menos graves.

Casi tres horas

Los bomberos terminaron su trabajo a las ocho de la mañana después de que se hubieran movilizado cinco operarios apoyados con dos camiones. El fuego no llegó entrar en el inmueble aunque el humo sí ocasionó destacados daños. Las llamas destruyeron la línea de tensión de un tendido eléctrico y también ocasionaron desperfectos en una conexión de un tanque para cargar gas propano. El suceso causó gran alarma en es Pratet, especialmente cuando los vecinos escucharon las detonaciones producidas por la explosión de los neumáticos de los coches que ardieron.