Un vecino de ses Païsses tuvo que sentarse ayer en el banquillo acusado de un presunto delito de quebrantamiento de condena después de que la Guardia Civil descubriera que se había ausentado de su casa cuando debía estar sin salir de ella tras haber sido condenado a cumplir una pena de arresto domiciliario. El fiscal pidió para el acusado una multa. El sospechoso relató, en un juicio que se vio ayer en el juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, que se vio obligado a abandonar su casa por una situación de «fuerza mayor» después de que tuviera conocimiento de que se había producido una importante avería de fontanería en un inmueble familiar de Santa Eulària del que él únicamente tenía la llave de acceso. «La casa se inundaba y no tuve más remedio que salir», explicó el acusado.

Dicha persona tenía que cumplir una condena de seis días de arresto domiciliario después de haber sido juzgado por una falta de coacciones. El 15 de julio de 2007, cuando precisamente debía hallarse en su hogar, una patrulla de la Guardia Civil le visitó cuando eran las seis y media de la tarde. Los agentes denunciaron su ausencia y, tras ello, el juzgado abrió diligencias penales.