Agentes de la Guardia Civil realizaron las detenciones tras el tiroteo de Sant Antoni, la de Sullivan entre ellos.

Christian P. Sullivan, uno de los británicos que fue detenido por la Guardia Civil tras el tiroteo entre dos bandas rivales que se disputaban el tráfico de drogas en Sant Antoni, ha resultado absuelto de un robo ocurrido meses antes de este hecho y por el que tuvo que sentarse el pasado mes de marco en el banquillo junto con otro compatriota, Ian Boyle, persona a la que también se ha eximido de toda responsabilidad.

Sullivan y Boyle, que se enfrentaban a un año y medio de prisión, eran sospechosos de haber participado con un tercer hombre en el asalto que sufrió una mansión de Cala Vedella en abril de 2006 y en el que los ladrones huyeron cuando una vecina los sorprendió llevándose los equipos de aire acondicionado de la casa. La detención de éstos se produjo después de que se identificara un coche con matrícula francesa y se sorprendiera a todos ellos en su interior pocas horas después de que su tuviera conocimiento del robo. Los dos únicos sospechosos que han sido juzgados por este caso -el tercero fue declarado en rebeldía al no comparecer a la vista- se declararon inocentes. La responsable de la sentencia, la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del juzgado de lo Penal número 1, consideró que, pese a la presencia de ambos en el coche, no se puede concluir con plena certeza, por ausencia de más pruebas, de que éstos participaran en el robo de la mansión, propiedad de otro británico.

Cinco meses después de este suceso Christian P. Sullivan fue arrestado por la Guardia Civil en su casa de ses Païsses con 143 éxtasis cuando se investigaba el tiroteo que hubo el verano de 2006 en la avenida Doctor Fleming. Sullivan fue condenado a tres años de cárcel por la Audiencia por un delito de tráfico de drogas.