EFE - MANILA

Más de cien personas murieron en las últimas 48 horas en una serie de deslizamientos y riadas debido a la la tormenta tropical «Parma» en la región norte de Filipinas.

Estas víctimas mortales se suman a otras 23 que perdieron la vida durante el fin de semana por los aguaceros de «Parma», que tocó tierra el sábado en el archipiélago con categoría de «súper tifón» y vientos de más de 200 kilómetros por hora. Además, están desaparecidos unos 40 residentes de la mitad septentrional de la isla de Luzón, que padece el azote de un nuevo temporal que reventó presas y cortado carreteras, y dejado pueblos enteros incomunicados y cosechas destruidas.

Una semana después, «Parma» sigue rondando el norte del país, ya como tormenta tropical y vientos de apenas 55 kilómetros por hora, pero los meteorólogos creen que mañana ya habrá abandonado el área de influencia de Filipinas.

Desplazados

El tifón finalmente no fue tan fiero como se pensaba y no arrasó el archipiélago como la tormenta tropical «Ketsana», que el 26 de septiembre vertió en apenas unas horas sobre Manila y otras 25 provincias de Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año. Inundó el 80% de la capital y causó casi 300 muertos, cerca de 500.000 desplazados, unos dos millones y medio de afectados y pérdidas multimillonarias.