«Nos estaban esperando». Una macrorredada de la Guardia Civil ayer en Son Banya topó con un enemigo inesperado: las filtraciones. Todo parece indicar que los narcotraficantes habían sido previamente avisados y de ahí que los resultados de la operación El Dorado no hayan sido los esperados.

Poco después de las cinco de la madrugada un espectacular despliegue formado por más de un centenar de agentes irrumpió en el poblado, aunque la comitiva policial -a diferencia de otras ocasiones- no entró por Mercapalma, sino por la parte de atrás de Son Banya. En pocos minutos, todo el perímetro estaba controlado. Nadie había ofrecido resistencia, ni aunque fuera mínima. Todo demasiado sospechoso.

El EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga) llevaba meses investigando a unos 'narcos' relacionados con el clan de Los Valencianos. Los traficantes de La Sole y El Love eran objetivos prioritarios y fueron detenidos al inicio de la operación.

Mientras tanto, un helicóptero sobrevolaba la zona para controlar hasta el mínimo detalle. Perros adiestrados fueron paseados por las chabolas, en busca de estupefacientes y al final fueron arrestados diez sospechosos, de los que no ha trascendido la identidad. Todos ellos fueron sacados del poblado en coches camuflados y trasladados hasta la Comandancia, en la calle Manuel Azaña.

Marihuana

El gran dispositivo fue seguido a pie de calle por decenas de habitantes del poblado, pero no se registraron incidentes significativos. En las casas se encontraron numerosas plantas de marihuana, con un peso total de 100 kilos, y abundantes dosis de cocaína y de hachís, aunque muchas menos de las habituales en un día normal en Son Banya. La redada del sábado, llevada a cabo por el Cuerpo Nacional de Policía, no podía ser la excusa para que apareciera tan poco género, explicaron fuentes de la investigación. «Aquí la droga se repone en cantidades industriales casi de un día para otro. Es un auténtico supermercado», añadieron.

Uno de los puntos fuertes del operativo de ayer fue la cantidad de dinero que se intervino en las chabolas: 70.000 euros. Se trata de una suma considerable teniendo en cuenta que hace sólo cinco días el Cuerpo Nacional de Policía ya registró a conciencia parte del asentamiento gitano.

Desde la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil de Palma se emitió un comunicado en el que se indicaba que la operación «continúa abierta» y que no se descartan nuevas detenciones. Cuatro horas después de la entrada en el poblado, sobre las nueve y media de la mañana, los agentes se retiraron y Son Banya recobró la normalidad relativa de cada día. Con menos vecinos y menos droga.

La operación tuvo lugar un año después de la traumática Operación Kabul, en la que cayó el clan de La Paca.

Roces

La entrada de los beneméritos, como ya ocurrió en julio pasado, ha levantado ampollas en el Cuerpo «hermano». Desde el Cuerpo Nacional de Policía se recordó, de forma oficiosa, que el poblado gitano está ubicado en Palma y que, por consecuencia, «es una demarcación policial, no de la Guardia Civil».La Jefatura palmesana no fue informada con antelación de que un centenar de guardias civiles iba a asaltar Son Banya a primera hora de la mañana del jueves. Sin embargo, cuando el dispositivo estaba arrancando sí que se comunicó la operación «por cortesía» hacia el otro Cuerpo.