EFE - ROMA

El número de fallecidos a causa de la explosión en la madrugada del pasado lunes de un tren de mercancías cargado con gas en la localidad de Viareggio (norte de Italia), asciende ya a diecinueve, informó ayer el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi. En una rueda de prensa ofrecida desde la ciudad de L'Aquila, epicentro de la tragedia del terremoto que azotó el centro de Italia el pasado abril, Berlusconi informó además de que los heridos por la explosión del tren son 25, de los que 11 están en condiciones «absolutamente» graves.

Estos son los últimos datos ofrecidos por las autoridades sobre la tragedia, después de que este jueves el fiscal encargado de la investigación del caso, Aldo Cicala, informara de que investiga si un fallo mecánico fue el que provocó el accidente del tren que explotó tras un escape de gas licuado del petróleo (GLP).

Según Cicala, ese fallo mecánico pudo ser el que provocara el vuelco del primer vagón, en el que posteriormente se abrió una fisura por el que escapó el gas que desencadenó la explosión hacia las 23.50 hora local del lunes (21.50 GMT). Por el momento, la Fiscalía de Lucca, en la que trabaja Cicala, continúa con la investigación de lo sucedido, en la que se incluyen las hipótesis de homicidio culposo múltiple, desastre ferroviario culposo e incendio culposo.

Según explicó el fiscal, por ahora no se investiga a ninguna persona en concreto y se descarta la hipótesis de un atentado como causa de la tragedia, que ha dejado a una veintena de personas ingresadas en estado de gravedad con importantes quemaduras en varios hospitales del país.

El número de desaparecidos ha quedado reducido a dos, después de que una familia de Viareggio que se incluyó en un primer momento en la lista de ausentes haya regresado de vacaciones.