«Ni siquiera sabía que la cafeína servía para cortar la cocaína». Ésta fue la respuesta que dio ayer un vecino de es Figueral que fue juzgado por la Audiencia Provincial como sospechoso de traficar de esta drogas después de que el fiscal le preguntara por los más de 900 gramos que Aduanas le intervino en su casa junto con otros cien gramos de cocaína.

El acusado, que se enfrenta a cuatro años y medio de prisión y que se declaró únicamente consumidor, aseguró que tanto la cafeína como una balanza de precisión que también se decomisó durante su arresto pertenecían a unas personas a las que alquiló su vivienda y que abandonaron esta sustancia y la báscula al irse.

«Llevaba tres días sin dormir cuando me detuvieron los agentes. Llevo desde los 18 años consumiendo. Fumo cocaína en base y a veces son hasta diez gramos diarios», dijo el sospechoso para explicar la existencia de tanta cocaína en su casa en septiembre de 2007, fecha en la que se consumó su arresto.

Escuchas

Su abogado pidió la nulidad de las actuaciones que motivaron su detención al entender que las escuchas que precipitaron este suceso procedían de otra investigación en la que salió el nombre del acusado. En las conversaciones se hablaba de «cigalas payesas» supuestamente refiriéndose a pedidos que concretaban las personas que figuraban en las conversaciones que grabó Aduanas.