Un empresario especializado en trabajos de pintura fue condenado ayer a pagar una multa de 540 euros en el juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa en una sentencia de conformidad después de que se reconociera autor de una falta de imprudencia leve como consecuencia de un accidente laboral que sufrió uno de sus empleados en sa Carroca en julio de 2007. El operario sufrió una grave fractura en un pie tras caer de una altura de dos metros. La juez que dictó esta sentencia tuvo en cuenta que el afectado indemnizó en su día al obrero con 15.000 euros por las lesiones padecidas, heridas que le tuvieron incapacitado durante 240 días.

El acusado tuvo que sentarse en el banquillo después de que en el juzgado se abrieran diligencias al entenderse que pudo incurrir en un delito contra la seguridad de los trabajadores y el fiscal pidiera el procesamiento del empresario al resolver que éste no había tomado las medidas preceptivas para impedir un accidente como el ocurrido.

Según dicho escrito, el obrero estaba llevando a cabo tareas de pintura en una escalera inestable que no estaba asentada convenientemente y sin que dicha persona hubiera sido provista de arneses o sujeción alguna que evitara la caída. El trabajador se rompió el hueso calcáneo, ubicado en el talón de su pie derecho, tras impactar contra el suelo.