Un joven de 25 años de edad no podrá acercarse a 150 metros de una discoteca del Paseo Marítimo que intentó incendiar en marzo de 2008. Los porteros del local habían impedido la entrada al condenado al interior ya que había consumido mucho alcohol y drogas antes de llegar al lugar y a que se encontraba acompañado por un menor de edad. Entonces, éste montó en cólera y les gritó: «Os tengo que quemar vivos, le voy a pegar fuego al garito, tengo que quemar la discoteca».

Ni corto ni perezoso, media hora después de la discusión, el procesado volvió a la discoteca con una botella llena de gasolina. Roció una de las puertas de emergencia y le prendió fuego. A continuación subió por una escalera situada sobre una marquesina que da entrada al local y echó combustible sobre los que allí había y provocó numerosos daños en el local.En el juicio, el acusado se declaró culpable y fue condenado a una pena de seis meses de cárcel por los daños y a una multa por una falta de amenazas.