Macrojuicio en Eivissa contra la venta ambulante ilegal y el comercio de productos falsificados. El juzgado de lo Penal número 1 ha citado para hoy a doce de los 24 subsaharianos que fueron imputados en su día después de que la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría de Eivissa llevara a cabo en julio de 2005 una redada en Sant Antoni en tres locales donde se sospechaba que la venta de artículos iba acompañada del tráfico de drogas. La operación se saldó con 26 detenidos y cien éxtasis aprehendidos.

En la vista oral que se va a intentar celebrar hoy, para la cual habrá que habilitar una de las salas del edificio por el gran número de imputados, todos los acusados responden de un presunto delito contra la propiedad industrial.

El ministerio público pide dos años de prisión para cada uno de los acusados, así como una multa de 20 meses a 10 euros diarios. El fiscal, asimismo, ha solicitado una pena de inhabilitación para que ninguno de ellos pueda ejercer durante dos años la actividad de comerciante.

La instrucción judicial de esta causa ha pasado durante todo este tiempo por distintas vicisitudes. De los 26 detenidos, 24 de ellos acabaron como imputados por la comisión de un presunto delito contra la propiedad industrial. Sólo han podido ser localizados por el momento la mitad. A su vez, para alguno de ellos se ha pedido el sobreseimiento de las actuaciones y otros figuran en busca y captura.

Dispositivo

La redada que motivó el arresto de todas estas personas tuvo lugar pasadas las diez y media de la noche del 14 de julio de 2005. Los agentes de la Udyco se vieron apoyados en esta ocasión por unidades de la Policía Local de Sant Antoni y por el Servicio Cinológico de la Guardia Civil. La investigación policial apuntaba a que en estos locales no sólo se podían estar almacenando y vendiendo artículos falsificados sino que también podían ser empleados para guardar objetos robados y vender drogas. La policía se incautó de abundante ropa, especialmente camisetas de marca falsificadas, y disco compactos de música y películas. También se requisaron otros artículos que suelen ser ofrecidos habitualmente a los turistas como gafas de sol o relojes. Los acusados, muchos de los cuales quedaron libres sin necesidad de pasar luego por el juzgado, proclamaron posteriormente su inocencia tras desmarcarse de cualquier actividad relacionada con la recepción de objetos robados o el tráfico de drogas, delito este último que, por la cuantía de la pena, suele ser resuelto por la Audiencia Provincial.