La juez del Juzgado de lo Penal número 1, Clara Ramírez de Arellano, ha absuelto a dos ginecólogas de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario que fueran juzgadas bajo la acusación de la comisión de los presunto delitos de lesiones por imprudencia grave. La vista por este caso se dirimió el pasado 20 de julio, once años después de que ocurrieran los hechos que acabaron en juicio.

En el juicio, la abogada de la acusación particular solicitó tres años de prisión para cada una de las ginecólogas ahora absueltas, mientras que el representante del Ministerio Público acusó tan sólo a una de ellas, a la que encargada de asistir a la madre en el parto y que, según el relato de ambas acusaciones, dejó restos de placenta en su cuerpo.

Lesiones congénitas

El Ministerio Público consideró, y así lo plasmó en el juicio, que las lesiones de la pequeña son congénitas y no causadas por la intervención de las ginecólogas y solicitó para la acusada 42 días de prisión por un delito de lesiones por imprudencia grave y la entrega de 975 euros en concepto de responsabilidad civil por los días de hospitalización que sufrió la madre. En el capítulo de hechos probados de la sentencia, la magistrado Ramírez de Arellano considera que las dos ginecólogas realizaron un seguimiento adecuado del embarazo de la mujer, que realizaron las ecografías pertinentes en las fechas marcadas por los protocolos ordinarios y que los problemas que en el feto se detectaron en la medida de lo posible y siempre en los plazos que permite la técnica de la ecografía.

Además, en los hechos probados la juez también consigna que los problemas que presentaba la pequeña nada tuvieron ver con la praxis de las dos profesionales acusadas.

Sobre esta sentencia cabe recurso.

La pequeña de la denunciante nació con una gran malformación neurológica, una agenesia del cuerpo calloso que le determinan un grado de minusvalía del 45%, según la juez. Se trata de un trastorno de la migración neuronal que sólo puede detectarse a partir de la veinteaba semana de gestación. «Esta malformación es difícil de diagnosticar en cualquier caso», señala la juez. De hecho, en las pruebas no se detectó nada irregular hasta que se advirtió un crecimiento menor del fémur en la semana 25.