Mohamed A., el residente marroquí de Sant Antoni preso preventivo acusado de agredir a toda su familiar y herir en la cabeza con el mango de un cuchillo a su hija de 12 años no quiso ayer declarar en su juicio.
Ante la juez Martina Rodríguez, magistrada a la que corresponde decidir si debe ser condenado a 6 años y 11 meses de prisión y perder la patria potestad de sus hijos por lo ocurrido en la madrugada del 27 de enero en su domicilio, se limitó a proclamar su inocencia y a afirmar: «No he hecho nada. No quiero responder porque ya estoy en la cárcel».
Sangrando
Su mujer y la hija que sufrió los daños mayores en la pelea, por contra. Si quisieron hacerlo. La pequeña relató que, sangrando, logró escapar de casa y pedir ayuda a un vecino, alarmada porque temía que su padre matara a su madre y al resto de sus hermanos, de 10, 8, y 5 años.
«La chiquilla llegó temblando. Todo su afán era que salváramos a su madre y a sus hermanos porque su padre, según ella, los iba a matar», explicó un vecino que le abrió la puerta a la adolescente cuando ésta logró huir.
El juicio, suspendido días atrás para que pudiera incorporarse a la causa un informe de toxicología, pudo celebrarse ayer y quedó visto para sentencia. Dicho informe no determinó que el sospechoso fuera alcohólico o drogodependiente, tal y como intentaba acreditar su defensa. Mohamed A. sólo se ha declarado durante este tiempo como consumidor de hachís.
Se da la circunstancia de que el acusado se encuentra encartado en un proceso de tráfico de drogas que instruye otro juzgado de Eivissa y tiene una condena anterior por un delito de maltrato.
«Hasta ahora lo había perdonado. La primera vez ocurrió en Formentera», dijo la mujer del acusado. «Esta vez llegó bebido y, sin mediar palabra, comenzó a golpearme. Fue a la cocina a por un cuchillo. La niña se levantó y comenzó a chillar. Fue a por ella y también golpeó a mi otros hijos. Se escapó al oír las sirenas de la policía y de la ambulancia», añadió.