«La asustada por lo que estaba pasando era yo. No me ha tocado. Si cualquiera me pone la mano encima, la primera que va a denunciar soy yo. Estoy en contra de los malos tratos». Así se expresó ante la titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa una mujer que salió en defensa de su nueva pareja, persona que cuenta con dos condenas anteriores y que ahora vuelve a enfrentarse a otros nueve meses por un delito de violencia doméstica.

Cinco meses

El acusado, un vecino de Santa Eulària condenado en 2006 y 2008, se acogió a su derecho a guardar silencio cuando compareció ante la juez Martina Rodríguez, magistrada que debe resolver su causa. El caso, sin embargo, no pudo quedar visto para sentencia por la incomparecencia de una testigo que supuestamente vio una agresión presuntamente sufrida por la víctima y que ésta niega. «Llevamos cinco meses de relación y nunca ha pasado nada», añadió.

La última detención de dicha persona tuvo lugar sobre las tres de la madrugada del 20 de enero cuando se iba a inaugurar un bar y la fiesta continuó en un local colindante. «Tomamos champán y habíamos bebido. Gesticulábamos mucho y gritábamos fuerte en un callejón y cualquiera pudo pensar que me estaba agrediendo» argumentó ayer la mujer.

Añadió que ella fue «la primera sorprendida» cuando se vio «rodeada de policías». «Estaba tan asustada que incluso me hice sangre al morderme el labio por lo que estaba pasando», agregó ayer en su declaración en la vista oral.

Arrastrada

En las diligencias policiales que se tramitaron, pese a este testimonio, se reflejó la posibilidad de que dicha persona hubiera sido cogida por el cuello y por los brazos y posteriormente arrastrada por el suelo. Los guardias civiles que declararon ayer indicaron que, a su llegada, la Policía Local de Santa Eulària ya se ocupaba del incidente. «La mujer primero dijo que no pasaba nada, luego reconoció una agresión y más a delante se desdijo diciendo que había sido culpa de ella», explicó uno de los guardias civiles.