La juez Clara Ramírez de Arellano, titular del juzgado de Lo Penal número 1 de Eivissa, ha resuelto con 11 meses de prisión la condena para el delincuente rumano que en marzo fue capturado por la Policía Local de Eivissa cuando se arrojaba desde los 10 metros de altura de un ático de es Viver tras amenazar con hacerlo después de que fuera sorprendido desvalijando un bar.

La actuación policial tuvo lugar de madrugada cuando el propietario del establecimiento afectado, el bar Amadeus, ubicado en la avenida Pedro Matutes Noguera, se encontró con que alguien había entrado en su bar.

Juntos

Se da la paradoja de que el sospechoso al que apresó la policía, C.A.L., un rumano de 29 años con múltiples antecedentes, había coincidido minutos antes con el afectado en otro bar de la zona.

El acusado alegó que estaba completamente borracho cuando sobre las cinco de la madrugada del 3 de marzo entró en el bar ( a esa hora cerrado) «por gusto» y sin intención de robar nada, según su declaración.

En la terraza

La magistrada Ramírez de Arellano, pese a ello, no da ninguna credibilidad a su testimonio por los daños descubiertos en el establecimiento y porque el sospechoso fue sorprendido cuando «intentaba arrancar el soporte con puertas que protege la televisión de plasma que hay en la terraza.

Además, descarta su ebriedad por cómo y dónde se produjo su detención. «Tal y como declararon los policías que se personaron en el lugar, encontraron al acusado encaramado en una ventana, haciendo equilibrio en le borde de la fachada; lugar éste donde se exige una gran pericia para no caer», dice la sentencia. Precisa que «los policías declararon que el acusado, si hubiera estado bebido, no hubiera podido mantenerse en ese lugar.

Destrozos

La investigación policial determinó que el ladrón presumiblemente destrozó a su paso toldos y distinta maquinaria del bar antes de que intentara la huida. Entre los daños localizados, figuraba una máquina recreativa con un juego de diana y otra de tragaperras. Un cristal apareció también destrozado tras haber sido golpeado con una piedra y rasgados los toldos de la terraza, así como otro por el que huyó hasta saltar una tapia y acceder al edifico donde unidades de la Policía Local de Eivissa y del Cuerpo Nacional de Policía lo acorralaron. El ladrón fue subiendo hata que llegó a un ático y allí se encaramó a una ventana desde que amenazó con tirarse si los agentes avanzaban hacía él. Un policía local de la unidad nocturna lo agarró cuando el sospechoso ya estaba cayendo al vacío.