Un ibicenco de 52 años ha sido condenado a 31 meses de prisión después de que un juzgado de Lo Penal de la Isla haya considerado probado que su mujer ha sido víctima de maltrato durante más de 25 años. La juzgadora, la magistrada Martina Rodríguez, ha tenido en cuenta a la hora de dictar esta sentencia la circunstancia del grave alcoholismo que sufre el acusado, un hombre nacido en el municipio de Sant Joan y que contrajo matrimonio con la víctima en 1983, al que su cónyuge intentó ayudar en varias ocasiones para que superara su adicción.

«La esposa ha vivido siempre bajo un régimen de temor y ansiedad debido al fuerte carácter del acusado, celoso en extremo, con constantes situaciones de violencia, tanto verbal como física, lo que hizo que, pese a los intentos de ella por continuar o salvar la relación, la pareja se separó de mutuo acuerdo», explica la sentencia. La ruptura se produjo formalmente en el año 2000 después de que la mujer fuera «fuertemente golpeada» por el acusado. Sin embargo, la afectada, que no se presentó al juicio, volvió a reanudar la relación por las presiones de su ex marido y «temerosa de que él actuara contra miembros de su familia». Fruto de ello nació en 2002 una niña. «Lejos de mejorar la situación, el acusado que continuaba bebiendo, era igual», considera como probado la juez.

Encerrada

Otro capítulo de violencia extrema ocurrió en diciembre de 2005: «La encerró en la cocina junto a la niña diciéndole que no saldría viva de allí. La mujer usó su teléfono móvil para avisar a los hermanos del acusado, que acudieron al domicilio(...). Nada más marcharse aquéllos, se dirigió a ella, que entonces estaba en el comedor, y esgrimiendo un cuchillo le dijo que la mataría».

Al día siguiente, el hombre aceptó someterse al tratamiento de un psicólogo. Abandonó a la tercera sesión. «En reiteradas ocasiones la ha golpeado estampándola contra muebles y sofá, aunque al ser esta una situación tan