E.A.E.M., un marsellés que es administrador de la empresa Solandra SCP, dedicada a la construcción, decoración y jardinería, ha sido condenado a cuatro meses de prisión por unas lesiones por imprudencia grave resultado del trágico accidente laboral que sufrió un operario que no estaba dado de alta en la Seguridad Social y, de hecho, estaba cobrando la prestación por desempleo, cuando realizó un trabajo sin emplear las medidas de seguridad obligatorias.

En la sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, también ha sido condenado a indemnizar al trabajador por las heridas sufridas y las secuelas con 33.491,10 euros, cantidad de la que se hace a la empresa responsable subsidiaria.

Por contra, el encargado de la empresa ha sido absuelto del delito contra el derecho de los trabajadores por el que estaba acusado tanto por el Ministerio Público como por la acusación particular.

Recurso de Fiscalía

Fuentes judiciales indicaron que la Fiscalía ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial.

Los hechos ocurrieron en enero de 2006 en una urbanización de Roca Llisa. La empresa estaba realizando trabajos en la zona. El condenado y el operario sin asegurar, que había trabajado previamente para esta empresa y que el mismo día del accidente, pero después del mismo, fue dado de alta en la categoría de jardinero, acudieron a realizar una labor en una jardinera.

«El acusado encargó al trabajador», señala la sentencia, «la tarea de proceder al arrancamiento de unas plantas de aloe vera que se hallaban en una jardinera (...) que se apoyaba en un voladizo a siete metros y medio de altura».

«En la vivienda no había medidas de seguridad colectivas, ni el empresario había proporcionado al trabajador ninguna de carácter individual, como pudiera ser un cinturón de seguridad o arnés de sujeción (...) Como las plantas estaban muy enraizadas no resultaba suficiente la presión o palanca que el trabajador realizaba con la pala para proceder a la extracción desde el interior de la terraza, por lo que primero apoyó un pie en la jardinera, después la rodilla, hasta que decidió subirse a la jardinera con los dos pies, momento en que cedió la misma, precipitándose al vacío, hasta quedar sobre un arbusto, que impidió que cayera más abajo», relata la sentencia.

38 días en el hospital y secuelas de por vida

El operario sufrió fuertes golpes y cortes en la cabeza que le llegaron a causar un edema cerebral y otra serie de lesiones de carácter más o menos grave. Todo ello «generó un cuadro psicoorgánico que evolucionó hacia un trastorno de adaptación con ánimo ansioso depresivo».

El trabajador pasó 38 días en el hospital y las heridas tardaron 200 días en curar. Como secuela le ha quedado un perjuicio estético de carácter ligero o moderado, una limitación en el movimiento del hombro izquierdo así como de uno de los dedos de las manos.