«Pasé mucho miedo. Perdí mis dientes y también mi dinero». Así se expresaba ayer una vecina de Sant Carles de 83 años que en 2007 fue víctima de un asalto en su casa por un individuo que la sorprendió mientras comía amordazándola y quitándole 600 euros de sus ahorros tras amenazarla de muerte.

Por estos hechos respondió ayer un taxista de Santa Eulària de 30 años que se juega tres años y medio de prisión. El acusado confesó ser consumidor habitual de cocaína pero se declaró inocente de los hechos que se le imputaban. La perjudicada, por contra, lo reconoció ayer ante la juez Martina Rodríguez, titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, como la persona que la atacó.

El robo se perpetró el 14 de septiembre de 2007. La Guardia Civil, sin embargo, no detuvo al sospechoso hasta el mes de noviembre después de que una prueba de ADN recogida en la cinta con la que fue amordazada incriminara directamente al taxista que fue apresado.

Prueba de ADN

Los agentes que llevaban a cabo la investigación ya sospechaban de dicho individuo después de que al menos una testigo viera en la zona el vehículo que solía usar el acusado para su trabajo. La prueba de ADN confirmó dichas sospechas. El acusado, sin embargo, quedó en libertad después de que la mujer señalara a otra persona en una rueda de reconocimiento.

«Me cerró las puertas, me tapó la boca y me dijo que le diera la bolsa o la vida», relató la víctima.

El sospechoso afirmó que ese día cambió su turno nocturno para poder irse a comer con su hija con motivo de su onomástica y explicó que entonces consumía un gramo de cocaína diario.