Un joven de nacionalidad marroquí, E.M.S., se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa para responder por un presunto delito de violencia contra la mujer. Según su ex pareja, una joven española con la que tiene un hijo, el acusado entró en el supermercado en el que ella trabaja, en la zona des Port des Torrent, y con un cuchillo en la mano amenazó con cortarle la cabeza en caso de que no accediera a poner sus apellidos al niño. Además, cuando ella le quitó el cuchillo, sufrió un pequeño corte en un brazo.

Por la agresión, el Ministerio Público pide una pena de 10 meses de prisión y por las amenazas, 15 más. Él por su parte, alegó que no se acordaba de nada, puesto que estaba muy borracho. Insistió el acusado en que ella había aceptado en dejarle poner sus apellidos al hijo de ambos, por lo que él llamo a su madre a Marruecos para que solicitara los papeles necesarios, lo que, dijo, le había costado dinero. Después, ella cambió de opinión, lo que motivó su enfado. Ella, por su parte, que declaró oculta tras un biombo, dijo que llegó a temer por su vida.

Testigo protegida

Una testigo protegida que trabaja con la denunciante declaró en el mismo sentido que ésta, de forma que ambos relatos fueron completamente coincidentes.

No fue el caso de uno de los dos marroquíes que acompañaron al acusado al supermercado, que negó que éste portara un cuchillo y que agrediera o amenazara a la joven.

Señaló también que E.M.S., de quien dijo que no es una persona agresiva, estaba tan borracho que casi no podía andar, por lo que decidieron acompañarle al supermercado en el que trabaja su ex pareja.