Una fuerte explosión precedió a la alarma que generaron las llamas después de que el fuego alcanzara el depósito de gas de una cámara congeladora. | Guillermo Romaní

En la madrugada del domingo unos desconocidos se introdujeron en el restaurante Sol de Cala Saona y prendieron fuego de nuevo, como ocurrió hace menos de un mes, en el interior de la cocina. Según las informaciones que facilitó el hijo del propietario, el incendio se produjo alrededor de las cinco de la madrugada y fue un joven que estaba en la playa con una amiga el que dio la señal de alarma.

Aparentemente se produjo una fuerte explosión y de inmediato las llamas y el humo se adueñaron de la cocina del restaurante. Desde las viviendas vecinas y del hotel Cala Saona acudió gente que con los extintores que había en la terraza del local más los del hotel comenzaron a apagar el fuego.

Toda la noche

Los bomberos, dos camiones y tres efectivos, llegaron poco después y se mantuvieron en el lugar hasta poco antes de las siete de la mañana en que se dio por totalmente extinguido el fuego.

A lugar de los hechos también acudieron miembros de Protección Civil, Policía Local y Guardia Civil. Los efectivos de la Benemérita acordonaron parte del local a la espera de que bien ayer mismo u hoy, agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil acudieran a Formentera para investigar los hechos.

Todo indica que la persona o personas responsables del incendio forzaron una ventana lateral, entraron en la cocina y ahí vertieron la gasolina que había en dos garrafas de agua que se encontraron en el exterior de la cocina.

Hipótesis

Lo que no está nada claro es lo que sucedió después, si el culpable o culpables pudieron salir por la misma ventana y cuando el fuego alcanzó el depósito de gas de una de las cámaras congeladoras del local y la deflagración causó que que tanto la puerta como la ventana grande para atender al público saltaran por la explosión.

El hijo del propietario decía. «Está claro que esto ha sido obra de la misma persona que ha querido acabar lo que la primera vez no pudo hacer», asegurando que no tenía ni idea de quién podía ser el culpable del incendio.

El local ya fue víctima de un incendio igualmente provocado el 1 de junio y tres días antes habían forzado el acceso para llevarse 1.300 euros lo cual hace pensar en que alguien la tiene tomada con el propietario.

Tras el primer incendio el dueño colocó una cámara de vigilancia situada sobre la puerta de la cocina y con una luz que se activa por movimiento por lo que podría proporcionar alguna pista para desvelar la autoría del suceso.