M.B.M., alias el 'Haitiano', uno de los 29 detenidos en Madrid y Eivissa por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Guardia Civil de la isla, era el encargado de comprar en Madrid la cocaína que después se introducía en Eivissa y también escogía a las 'mulas', casi siempre mujeres latinoamericanas y de países del este europeo, según fuentes conocedoras de la investigación.

Las reclutaba en prostíbulos de la capital española y, a juzgar por la cantidad que cobraban por jugarse la vida y la cárcel, eran mujeres desesperadas que necesitaban dinero con urgencia. En Eivissa los agentes del EDOA detuvieron a una mujer embarazada de unas seis semanas que llevaba en su interior 400 gramos de cocaína.

'Muerte blanca'

Cobraban en función de la carga que transportaban. La droga la distribuían en pequeños paquetes de diez gramos. Por cada una de estas bolsitas les pagaban 25 euros. Es decir, por transportar 400 gramos dentro de su organismo, la mujer embarazada, que es de nacionalidad dominicana, habría cobrado 800 euros. Sin embargo, siempre se intentaba cargar a las mujeres con un kilogramo, lo que supondría una ganancia de 2.500 euros, pero muchas de ellas no lo lograban. En estos casos, muchas veces no cobraban, pues no habían cumplido el compromiso de transportar un kilogramo.

Después de la mujer embarazada los agentes del EDOA detuvieron, también en Eivissa, a otra mujer que portaba otros 400 gramos. Una parte de las bolsas de cocaína se las introducían por la vagina, otra parte por el recto y el resto las ingerían.

Al parecer, por esta última vía es más peligroso, pues en el estómago es más probable que se produzca una rotura, lo cual se traduce en deceso seguro, lo que en el argot se conoce como muerte 'blanca'.

Can Misses y cárcel

En el caso de la mujer embarazada, una vez detenida en el aeropuerto de la isla, fue trasladada a Can Misses con el fin de que expulsara los paquetes de cocaína bajo control médico. Cuando terminó de expulsar la cocaína y ya no había riesgo para su salud, fue puesta a disposición judicial y enviada a la prisión de Eivissa con carácter provisional.

Las 'mulas' que lograban su objetivo se dirigían nada más aterrizar a la 'caleta' que la organización tenía en Can Tomàs, donde las mujeres se quedaban hasta que expulsaban toda la droga.

El grupo desmantelado por el EDOA era «muy activo». Con el fin de evitar riesgos, nunca almacenaban grandes cantidades. Lo que hacían era enviar una 'mula' cuando se les acababa el cargamento de la anterior. En los últimos tiempos (se cree que operaban en la isla desde hace dos o tres veranos) recibían dos o tres 'mulas' a la semana.