Un hombre encontró más de cien mil pastillas de éxtasis semi enterradas en el municipio de Sant Josep y avisó a la Guardia Civil, que se incautó del alijo y cuyos especialistas del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) se han hecho cargo de la investigación.

Al parecer, el hombre estaba caminando por una zona boscosa del municipio de Sant Josep cercana a Vila cuando observó algo que le llamó la atención. Al acercarse comprobó que se trataba de una gran cantidad de pastillas de éxtasis, por lo que avisó a las autoridades.

La principal hipótesis es que se trata de un punto de almacenaje de alguno de los numerosos grupos dedicados al tráfico de drogas desarticulados este verano por la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

Entre todas estas operaciones de 2010 destaca la realizada a finales de agosto por agentes de los ECO llegados desde Madrid, bautizada como 'Flecha', en la que se detuvo en la isla a 25 personas, la mayor parte jóvenes de nacionalidad británica, diez de las cuales fueron enviadas a prisión con carácter provisional.

Los agentes realizaron doce registros en domicilios de la bahía de Portmany, tanto en Sant Antoni como en Cala de Bou, y en estas viviendas realizaron las detenciones y los decomisos de casi 40.000 pastillas de éxtasis, cuatro kilos de cocaína, cuatro litros de GHB y diversas cantidades de cocaína.

La temporada anterior se produjo otra redada similar, en esta ocasión realizada por el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Eivissa, en la que también se detuvo a 25 personas, también británicos en su mayoría.

En 2008 se detuvo a dos personas que, supuestamente, escondían la droga en un monte de Cala Llonga. Usaban el lugar como almacén.

4.000 comprimidos 'abandonados' en Sant Antoni

En junio pasado, la Policía Local de Sant Antoni, gracias a la colaboración ciudadana, se incautó de unas 4.000 pastillas de éxtasis de distintos tipos y colores con el anagrama de Mitsubishi. Los comprimidos estaban repartidos en bolsas y en una mochila. Muchas de las pastillas, unas 500, sin embargo, aparecieron tiradas entre la vegetación. Se cree que el alijo fue escondido en una zona de maleza del extrarradio de la localidad de donde los «camellos» iban abasteciéndose.