La juez Clara Ramírez ha impuesto penas de cinco años de cárcel y cuatro años y ocho meses respectivamente a los dos delincuentes habituales drogodependientes que el 18 de marzo asaltaron la casa de un matrimonio vecino de la calle Pare Antoni Guasch de Vila y la desvalijaron tras maniatar a la cama a su propietario y matar al perro de la pareja, un Lulú de Pomerania valorado en 950 euros, después de que éste empezara a ladrar. Se da la circunstancia de que uno de los ladrones era conocido por la familia desde pequeño.

Cuarto sospechoso

En la misma sentencia se absuelve del robo a un tercer sospechoso, un rumano detenido al considerarse que pudo estar en el exterior de la vivienda realizando labores de vigilancia, pero se le condena a 15 meses de prisión por receptación. De este mismo delito también se exonera de culpa a una cuarta persona que fue juzgada por lo mismo.

La víctima relató en el juicio, celebrado el pasado mes de septiembre, que acabó maniatado boca abajo en la cama después de que fuera arrollado en la entrada de su casa por dos individuos que le taparon la cara con una chaqueta y le obligaron a subir al piso superior del inmueble mientras, sin apenas poder respirar, le pinchaba en el estómago con un cuchillo de 12 centímetros de hoja. Arrojado en la cama, fue maniatado con las manos a su espalda con la ayuda de un cinturón. Mientras duraba esta tortura, el afectado pidió clemencia por los dolores que también sufría en una pierna a causa de una dolencia. Afirmó que, entonces, los ladrones lo pisaron y que, agotado y ahogándose, requirió que lo mataran. Los asaltantes, que encontraron la caja fuerte vacía, exigieron 6.000 euros. Al no obtenerlos, huyeron con una bolsa repleta de joyas que fueron 'colocadas' más tarde con la ayuda del 'socio' rumano y, con la mediación del cuarto acusado, en un local de empeños.

La juez condena a los dos ladrones a indemnizar al matrimonio afectado con más de 3.600 euros por las lesiones y las joyas no recuperadas y a pagar, por una falta de daños, 1.950 euros por matar al perro. Según el hombre que lo hizo, sólo quiso darle una patada para apartarlo y encerrarlo en una habitación, pero la mascota fue encontrada cubierta de sangre.