El marroquí A.E.H. se enfrenta a una petición de pena de tres años de prisión por la presunta comisión de un delito de lesiones sobre un compatriota. El caso lo dejó visto para sentencia ayer la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano.

El acusado asegura que su presunta víctima miente, y que este le tendió una emboscada porque, tiempo atrás, había sido su superior en el trabajo, una obra, y había propiciado su despido, ya que, según aseguró el detenido, bebía demasiado.

La víctima, por su parte, asegura que aquella tarde, el 24 de marzo de 2009, el acusado se le echó encima por detrás y con un objeto punzante le comenzó a infligir heridas que hubo que curar en el centro médico de Sant Antoni. Después, el acusado habría emprendido la huida. El denunciante, además, asegura que no conoce de nada a su presunto agresor.

Esta versión fue corroborada por una testigo, una mujer amiga de la víctima, que asegura que vio los hechos.

Por contra, el acusado asegura que se cruzaron y que, sin más, el denunciante, que estaría borracho, le insultó y le agredió con una bolsa dentro de la cual habría al menos un botella de alcohol. Según el acusado, la botella se rompió contra el suelo o la pared y el denunciante, al caerse, se habría realizado los cortes que presentaba en el cuello y el brazo.

Testigos

Tres testigos de nacionalidad marroquí que aseguran que vieron los hechos declararon, con apenas diferencias, a favor del denunciado.

Describieron más o menos la misma escena que el acusado y aseguraron que no vieron a ninguna mujer por allí. La representante del Ministerio Público puso en duda el testimonio de estas tres personas, ya que no declararon en la fase de instrucción.