Mohamed C., natural de Marruecos y de 48 años, ingresó en la prisión de Eivissa en la noche del 6 de agosto. | Marco Torres

Mohamed C., vecino de Santa Eulària, natural de Marruecos de 48 años y detenido en agosto del año pasado cuando supuestamente intentaba deshacerse de su mujer en la zona de Sant Mateu, se sentará en el banquillo para enfrentarse hasta a 13 años de prisión por tentativa de asesinato.

Ésta es la pena que ha solicitado el fiscal después de confirmar en su escrito de conclusiones provisionales que el sospechoso actuó con claro deseo de acabar con la vida de su esposa cuando la obligó a subir a su coche y la llevó al norte de la isla mientras la apaleaba.

El crimen se evitó gracias a dos hermanos ibicencos que iban detrás del vehículo en el que iba la pareja y vieron todo lo que ocurrió minutos antes de sorprender al acusado con una piedra en la mano manchada de sangre tras estrellarse en la carretera que une Santa Agnès con Sant Mateu, lugar prácticamente desconocido para la afectada.

El suceso coincidió también con la llegada de una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico. Éste dijo que sólo ayudaba a su mujer. La víctima, de 36 años, estuvo hospitalizada, con heridas de extrema gravedad, especialmente en la cabeza.

El ministerio público se apoya en la investigación judicial y en el testimonio de las dos personas que salvaron a la mujer, con la que el acusado tenía tres hijos de corta edad, para valorar que presuntamente intentó, primero arrojarla del coche en marcha, luego se estrelló contra un árbol precisamente en la zona donde iba la mujer y en el hecho de que, además, en el vehículo se encontró un palo, con el que se cree estuvo durante todo el tiempo golpeándola.

Según se publicó en su día, la mujer, hallada desvanecida cuando su marido levantaba una piedra sobre ella tras la colisión, también olía a gasolina, hecho que no descartaba en un principio que su marido, incluso, la hubiera rociado previamente con combustible para prenderle fuego. Las declaraciones que se recogieron de la perjudicada también se han considerado concluyentes durante el proceso. Una comisión judicial, encabezada por la juez María Risueño, en su día responsable del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, y la fiscal que se encargó del caso, se trasladó al hospital para hablar con la víctima. Su testimonio se vio corroborado en los días siguientes.

Estado de terror

La mujer, persona que explicó que había sufrido malos tratos en otras ocasiones y que vivía en un estado de terror del que también se veían perjudicados sus hijos (entonces de 10, 6 y 5 años de edad), mostró su convencimiento de que era llevada a un paraje solitario para ser asesinada.

Los dos testigos principales del caso vieron cómo el hombre golpeaba a la mujer que iba en el asiento delantero cuando, con el coche en marcha, se abría en varias ocasiones la puerta. Su decisión de parar tras el choque que se produjo a continuación evitó la tragedia.

Mohamed C., por su parte, declaró en el juzgado que nunca había maltratado a su esposa en 13 años de matrimonio y que se estrelló por accidente cuando le sonó el teléfono móvil y fue a atender la llamada.