Un residente de nacionalidad marroquí que fue detenido sobre las nueve de la noche del 30 de enero por la Policía Local de Sant Antoni cuando supuestamente intentaba forzar un candado para desvalijar unos apartamentos de Cala Gració aseguró que se estaba cometiendo un error con él porque, señaló, sólo estaba orinando en una puerta de acceso al edificio. «Me iba hacia casa y me detuve un momento para ello», destacó.

Los dos agentes que lo apresaron, sin embargo, aseguraron ayer ante la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, que vieron con claridad cómo el acusado golpeaba con una piedra el candado y que ello ocurrió a cuatro metros del lugar donde detuvieron su coche tras ser alertados de un supuesto robo en los apartamentos Sol Bahía.

Al sospechoso, además, se le intervinieron unos alicates que portaba en un bolsillo trasero de su pantalón, herramienta que supuestamente iba a utilizar en el robo. El acusado, en este sentido, negó este extremo y señaló que los tenía porque los utilizaba para un «trabajo de cortar hierba».