Un residente alemán se enfrenta a una condena de ocho meses de cárcel como supuesto autor de un delito de amenazas leves y a 44 días de trabajo en beneficio de la comunidad después de que su ex mujer, con la que había estado conviviendo durante 18 años, acudiera a la Guardia Civil asegurando que su ex marido le había echado violentamente de casa cuando acudía con sus hijas a pedir que le pagara la pensión de 800 euros para poder mantener a los niños.

Según la afectada, el acusado se le tiró encima y la agarró del cuello delante de una de sus hijas, menor de edad, al tiempo que la insultaba diciéndole que si no se iba de la vivienda le iba a ocurrir algo.

El sospechoso, por su parte, relató que sólo utilizó su cuerpo para ayudar a que su mujer se fuera del domicilio porque, según su testimonio, ésta comenzó a gritar fuera de sí y él intentó evitar que se produjera una escena violenta delante de los hijos.

La víctima, sin embargo, relató que nada más ocurrir el incidente corrió al puesto de la Guardia Civil para interponer una denuncia porque la situación vivida le había generado miedo y que, por eso, también requirió que se le concediera una orden de protección.

Régimen de visitas

La mujer insistió en que se vio echada de la casa de su ex pareja, momento en el que se vio obligada a regresar para recoger a su hija, de 17 años, que se había quedado dentro del domicilio, continuando la violencia.

Tanto la mujer como el acusado reconocieron que también había tenido distintos desencuentros a causa del régimen de visitas que debía corresponder a los hijos.