El crimen está siendo investigado por la Policía Nacional. | Irene G.Ruiz

Dos personas han sido detenidas en relación con la muerte de un joven nacido en Eivissa hace 24 años en Sevilla, apuñalado el 25 de marzo durante la celebración de un macrobotellón, con el que miles de jóvenes celebraron la llegada de la primavera.
Según ha informado la Policía Nacional, se ha detenido a dos personas, de las que no han trascendido datos, y la investigación del caso se mantiene bajo secreto de sumario.
En este sentido, estos arrestos se producen después de que hayan declarado «bastantes» testigos, tal y como ha manifestado esta misma semana el comisario jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Manuel Piedrabuena.
Los hechos ocurrieron el pasado 25 de marzo durante la celebración de un macrobotellón, celebrado en la zona del Charco de la Pava, junto al río y cerca del que fue recinto de la Expo 92, en el que participaron unos 6.000 jóvenes.
Durante la celebración el joven Francisco Javier G.V., que residía en La Puebla de Cazalla (Sevilla), de donde es natural su familia, sufrió una herida de arma blanca en el tórax por lo que fue trasladado al Hospital de Traumatología de Sevilla, sin que se pudiera hacer nada por su vida.
La Policía Nacional ha tomado declaración al menos a once posibles testigos, y a finales de marzo fuentes policiales ya avanzaron que las investigaciones iban «por buen camino».
El joven fallecido estaba desempleado y recientemente había sido contratado durante un mes mediante la bolsa de trabajo municipal de su localidad de residencia.

La madre de la víctima felicita a la policía por su trabajo
La madre de Francisco Javier G.V., Milagros Vargas, ha felicitado a la policía por la investigación que llevan a cabo y que por el momento se ha saldado con dos detenidos relacionados con el crimen, quienes, según Vargas, «no son de La Puebla de Cazalla», municipio sevillano del que es natural la familia y donde residía el joven.
«Es un municipio pequeño en el que todo el mundo se conoce y los jóvenes y los mayores, cuando me ven por la calle, me dan el pésame», señaló.