Droga intervenida al clan de 'la Rula, en febrero de 2009.

El paso del tiempo, los planes sociales y urbanísticos que se han abordado y las reformas efectuadas para acabar con los guetos en sa Penya no han impedido que el barrio siga siendo un lugar idóneo para los clanes de la droga, quienes mantienen su hegemonía como principales distribuidoras de heroína en la Isla.

Así lo acredita un informe presentado por Comisaría en 2009 para justificar en el juzgado la petición de las intervenciones telefónicas que ese mismo año, en la operación Ujaraipén, permitieron interceptar kilo y medio de heroína, una aprehensión que ahora se ha saldado con una condena de ocho años de cárcel para Providencia Cortés Moreno, la matriarca del clan de la Rula, el principal distribuidor de estupefacientes de este núcleo de Vila.

Miedo

La policía consideró entonces, y la situación no parece haber cambiado sensiblemente, que la distribución urbanística del barrio y su propio entorno poblacional hace aún «prácticamente imposible» la vigilancia.

Los agentes no logran que los informantes, casi todos toxicómanos, firmen sus declaraciones por temor a represalias tanto físicas como que los propios traficantes, al saberlo, les nieguen las dosis que diariamente acuden a comparar al barrio.

Las unidades que penetran en las zonas más «calientes» constatan grupos de hasta media docena de personas que esperan «ansiosas», según se recoge en la sentencia de la Audiencia en la que se condena a la Rula, el alejamiento de los policías para poder acercarse a los puntos de venta.

Al respecto, Comisaría ha realizado en numerosas ocasiones «mapas» en los que se fijan los puntos de venta, pero éstos son cambiados periódicamente. Estos «dossiers» también han servido para cuantificar la población de toxicómanos y el número de traficantes «en activo».

Dicho informe recuerda que los cuatro únicos accesos impiden la llegada con celeridad de las dotaciones y señala que los clanes mantienen la consabida infraestructura de personas de dar la alarma.

«Las viviendas en las que se produce el tráfico se encuentran ubicadas en calles muy estrechas, con lo que no es posible efectuar vigilancias a una distancia prudencial para evitar su detección; el entorno mismo del barrio, ocupado en su mayoría por personas que, de una manera u otra se dedican al tráfico, lo que provoca una necesidad de autoprotección entre ellos», resume la Audiencia Provincial al valorar dicho informe.

Maniobras financieras en la familia de 'la Rula'

La policía también ha investigado en varias ocasiones a los clanes para poder probar que sus integrantes no suelen contar con negocios o ocupaciones legales que justifiquen sus ingresos de dinero. Es más, también se ha ahondado en sus patrimonios, como ocurrió en la investigación de 'la Rula'. Su familia es titular de siete bienes inmuebles ubicados en Eivissa, Jaén y Granada. Incluso llegaron a realizar sus propias maniobras financieras para poder desvincularse del tráfico de drogas.

De esta manera, el informe hizo hincapié en que en la anterior detención de Providencia Cortés, que le costó una pena de tres años de cárcel, junto con la de su pareja, Jesús Muñoz, vino seguida de la transmisión de una finca a una hija de la matriarca por un precio inferior al de 2004, año anterior a su arresto. La droga que se intervino entonces, medio kilo de cocaína y heroína, estaba oculta en un inmueble situado frente al que era entonces su residencia.

Los agentes del Grupo de Estupefacientes y del Greco que la apresaron la última vez, además, hallaron una importante cantidad de dinero en su casa. Providencia Cortés negó que dicha suma procediera del narcotráfico y argumentó que ello procedía de la indemnización obtenida tras la muerte de un hijo en un accidente de tráfico.

Un entorno «de sobra conocido» siempre activo

Comisaría hizo contastar al juzgado al que competía la investigación, el número 2 de Eivissa, que era público que sa Penya reunía a numerosos traficantes y compradores de droga manteniendo la vitola de «auténtico supermercado de la droga», según define la Audiencia. Al respecto, la sentencia sobre la Rula recoge lo siguiente. «Los plurales vendedores residentes en el barrio como los compradores son sobradadamente conocidos». Las detenciones, además, no merman la capacidad total de los clanes.