Su familia está haciendo todo lo que puede para sacarlos de la grave adicción al alcohol en la que han caído. Es la historia de dos hermanos, de 40 y 43 años, que ayer tuvieron que sentarse en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa por incumplir una orden de alejamiento de la casa de sus padres, vecinos de Platja d'en Bossa. Éstos se encuentran protegidos por una orden judicial después de ser víctima de distintos altercados.

Los dos hermanos se enfrentan a tres meses de prisión por ir al domicilio familiar cuando lo tenían prohibido después de que su madre les conminara a ellos siempre y cuando «supieran comportarse» y por motivos humanitarios, para que comieran, se ducharan y descansaran.

Enfrentamiento

Una discusión imprevista con el padre, sin embargo, se plasmó en una denuncia y en una intervención policial que acabó con este status. Los dos hermanos tuvieron que sentarse por ello ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa.

«Tuvimos que llamar a la policía también porque nos asustamos muchísimo. Uno de mis hijos se había quedado debajo de una escalera y no respiraba», explicó la afectada.

Los hechos que acabaron con esta situación tuvieron lugar entre los días 13 y 15 de abril, fechas en la que los dos hermanos reconocieron haber ido a la vivienda. «Yo nos los vi, pero uno de ellos coincidió con su padre y hubo una discusión», explicó la madre.

«Todo fue por una tontería» dijo uno de los hermanos, persona que pidió otra oportunidad para encarrilar su vida, igual que al de su hermano, después de haber conseguido un trabajo, asegurar que estaba acogiéndose a un tratamiento de desintoxicación, y de recordar que tenía dos hijos.