Un vecino magrebí de Sant Antoni ha sido absuelto de infligir heridas a un compatriota con el que había trabajado después de que éste último, en estado de ebriedad, se lo encontrara en la calle Alicante y le acusara de haberle agredido por la espalda.

La juez que debía resolver sobre este caso no considera probado que el denunciado apuñalara a nadie y estima muy posible que éste se ocasionara sus lesiones al resbalar al suelo y caer sobre unos cascotes de vidrio rotos.

El suceso tuvo lugar en la tarde del 24 de marzo de 2009 junto a la farmacia de la calle Alicante. La víctima tuvo que ser atendida de heridas incisas en el cráneo y en varios dedos, así como de un corte punzante en la zona central de la región dorsal.

En la sentencia, dictada por la magistrada Martina Rodríguez, máxima responsable del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, se explica que, según el relato del acusado, corroborado por otros tres testigos en la vista oral, el denunciante se le acercó «muy excitado» y con síntomas de ir bebido.

Todas estas personas coincidieron en que dicha persona, al tiempo que insultaba a su antiguo jefe, le arrojó una bolsa en cuyo interior había una botella de cerveza.

Contra la pared

El acusado, que se enfrentaba a tres años de prisión, logró entonces esquivar el golpe y la botella fue a estrellarse contra una pared que había tras él. El vidrio se rompió y quedó esparcido por el suelo.

Tras esta acción, el hombre que estaba siendo vituperado emprendió la huida, momento en el que el denunciante quiso perseguirle antes de resbalar.

La juez también denota en la sentencia que las versiones dadas por los testigos del hombre que acusó a su compatriota incurrían en distintas contradicciones.