El acusado de matar a su compañero de piso en Sant Antoni ha dicho hoy que «no quería» matarle, que fue un accidente y lo siente mucho, pero la Fiscalía ha reafirmado la acusación de homicidio y la petición de 12 años de cárcel por entender que mató a la víctima en pleno uso de sus facultades y en un ataque unilateral.

En la última jornada del juicio por el asesinato ocurrido en junio de 2009 en Sant Antoni de Portmany, celebrado hoy en el Tribunal del Jurado de Palma, la Fiscalía ha considerado que el acusado, A.P., de nacionalidad estonia y 28 años de edad, ha fingido un transtorno mental como estrategia para disminuir las consecuencias penales de lo que ocurrió.

Para argumentar esta hipótesis, la Fiscalía se ha amparado en los testimonios coincidentes de la psicóloga y el médico forenses, así como en el hecho de que el acusado declarara tener una enfermedad mental un año después de haber entrado en prisión y no en el momento de la detención.

Según ha relatado la fiscal en sus conclusiones, el acusado y la víctima se conocieron en la parada del autobús del aeropuerto y decidieron compartir alojamiento en la localidad de Sant Antoni de Portmany.

Una vez allí, se registraron en los Apartamentos Puerto de San Antonio y salieron a tomar unas cervezas.

De vuelta a su habitación, ha indicado la fiscal, iniciaron una discusión «banal» en la que el acusado se abalanzó por detrás sobre la víctima, A.A.C., y le apuñaló en el cuello con un cuchillo de 10 centímetros de hoja.

Aunque el hombre trató de defenderse, la herida provocó una abundante pérdida de sangre que le provocó una muerte inmediata, en aproximadamente 30 segundos, según la declaración del forense.

Después, afirma la fiscal, el encausado intentó limpiar la sangre, escondió el cuerpo de la víctima debajo de la cama, huyó del lugar y, cinco días después, se entregó a la Policía Nacional y confesó su crimen.

Por su parte, la acusación particular ha alegado que el acusado actuó con alevosía, por lo que considera que se trata de un delito de asesinato -no de homicidio como pide la Fiscalía-, y además no cree que exista atenuante por confesión, puesto que, según ha afirmado la letrada de la acusación, A.P. ha mentido.

La defensa, sin embargo, argumenta que el acusado padece enajenación mental, basándose en el informe de un psiquiatra de la Seguridad Social que lo ha tratado en el último año, y alega que debido a ello no es consciente de sus actos.

Por otro lado, la defensa piensa que los hechos se desarrollaron de forma que el acusado estaba siendo estrangulado en el momento en el que profirió la puñalada a su compañero de habitación, y que por lo tanto sólo se defendía.

Antes de finalizar el juicio, el acusado ha declarado, a través de su intérprete, que no se trata de un asesinato, puesto que «no quería matar a esa persona» y que «fue un accidente» que ocurrió en «legítima defensa». Después se ha disculpado diciendo que «siente mucho» lo ocurrido.

La magistrada ha citado a los miembros del jurado a las 17.00 horas de mañana para que lleguen a un veredicto, proceso que podría alargarse hasta el día siguiente.