El Defensor del Pueblo ha detectado varias incidencias en su análisis de doce centros de detención de Baleares, como la «preocupante sobreocupación» de los calabozos de la Guardia Civil de Eivissa y la mala luz y ventilación de los de Inca, así como las falta de higiene en los de la Jefatura de Policía de Palma.

Estas son algunas de las conclusiones del primer informe del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) del Defensor del Pueblo, presentado hoy y en el que muestra su preocupación por la exposición mediática de los actos de detención, situaciones que por sí mismas constituyen «tratos degradantes».

El informe comienza detallando las visitas a los centros del Cuerpo Nacional de Policía, que registró en 2010 un total de 7.270 ingresos de detenidos.

Destaca que en la comisaría de la Policía Nacional de Ibiza el acceso de detenidos no se hacía por el garaje, sino por la puerta principal, lo que, indica, «afecta a la seguridad y también al derecho a la privacidad, al honor y a la propia imagen» de los arrestados.

En esta comisaría se detectaron también problemas en el tamaño de los calabozos y en la ventilación, y el informe aconseja mejorar los planes de evacuación y emergencia.

En la Jefatura Superior de Policía de Palma detecta problemas de higiene en los calabozos y recomienda que las mantas a disposición de los detenidos se laven después de cada uso.

Tanto en la Jefatura de Palma, como en las comisarias de Eivissa y Playa de Palma se informó además de dificultades para las conducciones de los detenidos a los juzgados por no tener vehículos suficientes.

Siguiendo con la Policía Nacional, en la comisaría de la Playa de Palma el informe recomienda mejorar los medios técnicos de videovigilancia, así como establecer un protocolo de actuación para situaciones médicas que requieran aislamiento.

Los asesores del Defensor del Pueblo también observaron que el personal de custodia no siempre estaba identificado de forma visible.

En cuanto a las dependencias de la Guardia Civil, señala que el número de detenidos ingresados en calabozos de sus instalaciones fue, en el año 2010, de 4.413.

En el cuartel de Eivissa, afirma el documento, los asesores dedujeron del examen del libro de registro y custodia de detenidos una «preocupante sobreocupación», llegando en ocasiones a pernoctar en los cuatro calabozos, algunos de los cuales se hallaban sin luz, sin colchón o con la puerta rota, hasta ocho personas.

Por ello, el Defensor del Pueblo estima oportuno establecer un acuerdo con el Cuerpo Nacional de Policía para utilizar sus instalaciones en caso de saturación.

Por otra parte, los calabozos del cuartel de Inca no tenían luz y ventilación adecuadas, lo que también sucedía en el cuartel de Sant Antoni de Portmany (Ibiza), que también necesitaba mejorar sus condiciones de limpieza, el lavado de mantas en cada uso y mejorar las medidas profilácticas.

En ambos cuarteles, detalla el informe, existía videovigilancia pero los medios estaban obsoletos y ofrecían imágenes de mala calidad y carecían de bolsas termosellables para guardar los objetos de los detenidos.

El personal de custodia en la comandancia de Palma, indica el informe, no estaba adecuadamente identificado y en el cuartel de Sant Antoni de Portmany el libro de registro no se cumplimentaba de forma correcta.

En cuanto a las dependencias de la policía local, señala que las de Palma tienen más de 35 años de antigüedad y necesitan mejorar en iluminación y ventilación.

Respecto a los calabozos de los edificios judiciales, critica que en la Audiencia Provincial haya uno solo y que las salas de arresto de los juzgados de menores tienen problemas de iluminación y carencia de extintores y medidas contra incendios.

Finalmente, en el examen del centro para menores Es Pinaret de Palma el Defensor del Pueblo detecta que la ocupación media es de 50 menores cuando su número de plazas es 38.