Disfrazado de carabinieri, el equivalente italiano a la Guardia Civil, y a través del correo electrónico. Así tuvo lugar supuestamente lugar una de las últimas amenazas vertidas por un joven de este país que ha sido detenido en dos ocasiones en Formentera, una de ellas por atentado, y otro por volver al escenario del 'crimen', el paseo Miramar de es Pujols para reclamar violentamente una supuesta deuda a su exjefe de 500 euros.

Fluvio D.M. fue juzgado ayer sin su comparecencia, pese a estar citado, para enfrentarse a seis meses de cárcel que le pide el fiscal por los últimos hechos ocurridos el 11 de agosto frente a la pizzería del afectado. Días atrás, tras ser detenido por primera vez, se jugaba año y medio de prisión. «Volvió otra vez, va de una lado a otro persiguiéndome, del bar es Pujols a la pastelería de Sant Ferran. He tenido que cerrar este último negocio, porque los empleados tienen miedo. A todos mandó un mensaje con amenazas con una foto vestido de carabinieri», explicó la víctima en el juzgado.

El denunciante indicó que contrató los servicios de Fluvio D.M. a través de internet porque necesitaba con urgencia un empleado en su pastelería. Según éste, aguantó ocho jornadas y al noveno día, «llegó borracho diciendo que se quería despedir y 500 euros, y exigiendo que le firmara unos papeles, algo a lo que no acepté», añadió el perjudicado. «Desde entonces no ha parado de perseguirme», apuntó. El primer incidente grave ocurrió cuando días antes de este último episodio el acusado fue detenido en es Pujos cuando, al parecer también bebido y descamisado, exigía el pago de este dinero. Los desórdenes continuaron tras su arresto, momento en el que, además, intentó en una ocasión sacar de la funda la pistola reglamentaria de un guardia civil.