Peor decisión, imposible. Un joven catalán, N.P.G., de 23 años, fue detenido esta semana por la Guardia Civil después de que, al intentar abandonar la carretera del aeropuerto, siguiera a un coche de Tráfico y se metiera en el acuartelamiento de Can Sifre con droga. Los agentes que custodiaban el edificio, al ver un coche no conocido, salieron a interceptar a su conductor. Éste, al descubrir dónde había entrado se puso muy nervioso, acción que no pasó desapercibida para los guardias civiles. Pronto se aclaró la razón de su intranquilidad. Tras ser sometido a un registro preventivo, se le intervinieron 16 papelinas de ketamina y éxtasis. N.P.G. pasó a disposición judicial, quedando en libertad provisional mientras se instruyen diligencias por un presunto delito contra la salud pública.