Uno de los detenidos en la operación Dragone, ayer tarde, en el momento de pasar ante el juez.

La Camorra estaba apostando por el mercado de la droga en Eivissa después de años en los que la actividad de este grupo mafioso se centraba principalmente en robos con violencia en el que objetivo era la obtención de relojes de lujo, lo que hizo que a dichos integrantes terminara conociéndose como la 'banda del Rolex'.

Las últimas estadísticas no oficiales indican esta temporada un descenso en picado de casos de este tipo en la Isla, ya sea por la presión policial o por un cambio de estrategia en la Camorra.

Se da la circunstancia coincidente de que muchos de los negocios y domicilios de los 52 sospechosos sobre los que la Guardia Civil ha instruido diligencias, tras fructificar las pesquisas emprendidas por Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Eivissa, tenían sus negocios y domicilios en zonas calientes de actuación de la 'banda del Rolex'.

Junto a ellos, y a significativas cantidades de droga decomisadas, se han requisado 18 vehículos, la mayoría de lujo como un Hummer y varios modelos de alta gama de marcas como Porsche, BMW y Audi.

Todas las fuentes consultadas por este periódico confirman que, en general, las personas detenidas en la operación Dragone no tenían antecedentes por hechos violentos y que, muchos de ellos, llevaban dos años residiendo o viniendo por temporada a la Isla. De todas maneras, todos los acusados están pendientes de ulteriores investigaciones que hagan las Fuerzas de Seguridad del Estado, conjuntamente con las italianas, a fin de establecer el historial delictivo de los implicados. Al parecer, varios de ellos estaban en el punto de mira de las autoridades transalpinas desde hace tiempo. Al respecto, uno de los principales cabecillas tenía fijada su residencia en Platja d'en Bossa.

Por otra parte, por el juzgado de guardia comenzaron ayer también a pasar de nuevo las doce personas que están en prisión provisional con motivo de la operación Rula, con la que se desmanteló un grupo de narcos británicos en Sant Antoni. En todos los casos, estaba previsto ratificar su situación de presos preventivos.

Dos tandas de 17 sospechosos

La Guardia Civil comenzó ayer a poner a disposición del juez José Espinosa a las 34 personas (de 52 detenidos) que finalmente comparecerán ante su presencia para resolver sobre su situación personal. Los miembros de la Camorra suelen acogerse a su derecho a no declarar. Si ello ocurre, el juez podría solventar con mayor rapidez este trámite. El juzgado tenía previsto ayer tarde recoger el testimonio de 17 de los implicados y el resto hacerlo durante el día siguiente, pudiendo alargarse un día más la comparecencia de éstos. Un fiscal estará destinado exclusivamente a esta tarea mientras duren los interrogatorios.

Dos temporadas 'explorando' la Isla antes de variar sus planes

La caída de robos de Rolex (se cuentan con los dedos de la mano los casos conocidos este año a los que se suman los abortados por la policía a principio de temporada) se produjo al tiempo que los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Eivissa ahondaban en la posibilidad de que un grupo ligado a redes mafiosas italianas estuviera este año intentando copar el mercado a pequeña escala en estupefacientes entre los consumidores, especialmente en drogas de diseño aún muy demandadas, como la ketamina y cocaína.

El macrogrupo italiano que se había instalado en Eivissa fue empezado a seguir realmente por los agentes de Eivissa desde el mes de mayo. Poco a poco se fueron recogiendo pruebas sobre el alcance de la organización, que ya explotaba este verano el 'terreno explorado' en estos dos últimos años. Con las autorizaciones judiciales pertinentes y un amplio operativo de guardias que reforzaban a las unidades de la Isla, se consideró el 31 de agosto como fecha tope para proceder a la explotación de la investigación. Los últimos recuentos con la droga realizada han arrojado una cantidad mayor aprehendida de lo que se dijo en un principio. La Guardia Civil ha decomisado un kilo de MDMA, medio de cocaína y 600 gramos de speed, dos y medio de hachís más otro medio de marihuana, otro medio kilo de ketamina en líquido y dos kilos de sustancia para corte, así como 1.500 éxtasis. Junto a ello, se requisaron 50.000 euros que se supone obtenidos con la venta de estupefacientes. La investigación judicial tendrá que aclarar ahora el origen del patrimonio de los implicados.