Raúl Benito García, en el transcurso de esta entrevista.

Raúl Benito García (Madrid, 1970) es el responsable de Recursos Humanos de Fiesta Hotel Group, empresa responsable de la contratación del controlador de acceso que acabó con la vida de Abel Ureña.

-¿Por qué se contrató al portugués Paulo César Baptista, que acabó por agredir mortalmente a su compañero Abel Ureña?
-Tenemos que pensar que las decisiones se tomaron en su momento. Pasó todos los controles de recursos humanos y seguridad, pedimos las referencias oportunas para un cargo como este y también hicimos nuestras investigaciones acerca de si este señor había tenido o no algún tipo de incidente, y todas ellas dieron positivo. La documentación estaba expedida por el Ministerio del Interior y en ningún momento pusimos en duda su validez. Evidentemente, si ahora me pregunta esto, por supuesto que fue un error, claro que sí.

-Hubo algunas agresiones previas a la de Abel Ureña, incluso hubo al menos una denuncia. ¿Se tomaron medidas?
-Hay que recordar que por este establecimiento han pasado 250.000 personas y únicamente hemos tenido un incidente, que no podemos catalogar como tal. Parecer ser que esta persona, y a día de hoy no se ha verificado nada, tuvo un pequeño altercado con un cliente que le iba a pedir trabajo. Fue apercibido y sancionado por no regirse por los procedimientos que rige la compañía.

-Tras el suceso la empresa ha despedido a varios porteros, ¿por qué?
-Había una serie de personas, tres, en concreto, que no se rigieron por los procesos que dicta la compañía en materia de seguridad y los despedimos, evidentemente. Somos una compañía seria que hacemos lo que está escrito en los manuales, y ellos no los siguieron.

-¿Qué criterios eran estos que no siguieron?
-Son controladores de acceso, personas que deben controlar el acceso a ciertas áreas de los locales y que cuando ven que puede ocurrir cualquier tipo de incidente tienen que avisar a los vigilantes de seguridad, no pueden actuar por ellos mismos, y uno de ellos, aunque no hubo ningún tipo de incidente, quiso ir un poco más allá del procedimiento y fue sancionado y despedido.

-¿Y los otros dos?
-Motivos similares.

-¿Qué criterios se siguen a la hora de contratar un portero o un vigilante de seguridad?
-Hay que diferenciar entre portero y vigilante de seguridad. La ley fija los requerimientos para ser vigilante de seguridad, pero no para ser un portero, es decir, el mal llamado portero, porque son controladores de acceso, una persona que únicamente vigila quién entra y quién no entra. En la empresa fijamos una serie de requisitos como son por ejemplo el tema de los idiomas, una buena presencia física y, sobre todo, que tengan muy buenas referencias. Entendemos que se está jugando con la seguridad de nuestros clientes y tienen que sentirse seguros y para eso tenemos que obrar de una manera profesional y buscamos que las referencias sean las mejores.

-¿En el caso del portugués era un controlador de acceso o un vigilante de seguridad?
-Era un controlador de acceso.

-¿Dónde se situaba en la jerarquía de los controladores de acceso?
-Controlaba los accesos a un área del hotel, la zona del privado. Estaba supeditado al jefe de seguridad. Él no era jefe de seguridad.

-¿Es verdad que el fugado era el guardaespaldas del director del local?
-Se comentan tantas cosas sin contrastar... Lo que puedo decir es que el día en que fue contratado se le contrató como controlador de acceso, y no era guardaespaldas de nadie.