«Soy una buena persona que intenta ayudar. Él se hirió accidentalmente». Mathew W.H., un británico preso en la actualidad por las lesiones que presuntamente ocasionó en un ojo con un vaso a un residente magrebí de Sant Antoni, negó ayer haber agredido intencionadamente a esta persona al responsabilizarla de una pelea que tuvo lugar el pasado día 9 en el bar del West End donde trabajaba. Se da la circunstancia de que todo ocurrió dos días después de que Mathew W.H. fuera condenado a 16 meses de cárcel por otra pelea ocurrida y en la que se vio implicado.
Su supuesta última víctima precisó varios puntos de sutura después de que, según su declaración, el acusado le estrellara en la cara un vaso de cristal.
El sospechoso, que ahora se enfrenta a tres años y medio de cárcel, sin embargo, relató ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa que el afectado, persona a la que, según su testimonio, se le había prohibido días atrás el acceso al bar por distintos incidentes, se cortó con un vaso cuando lo vio por la calle y le preguntó por un grupo de británicos de Newcastle que se había dado a la fuga tras protagonizar una reyerta en la que salió mal parado el portero del bar. Afirmó que el magrebí fue el que se le echó encima para golpearle con un vaso.
«Vi a i compañero en el suelo, tumbado y sangrando por la cabeza. Creía que estaba muerto y, por eso, salí detrás de ellos. Luego, lo vi a él y me acerqué a él a preguntarle. Todo esto me pasó por preocuparme porque tengo una naturaleza protectora y no quería más víctimas», dijo.