Un grupo de amigos del camarero fallecido, ayer por la tarde en la puerta del Ushuaia. | Marco Torres

Los familiares y amigos del camarero Abel Ureña -quien falleció tras ser agredido por Paulo César Baptista, un empleado de seguridad del Hotel Ushuaia en el que ambos trabajaban- se reunieron ayer en una sentada pacífica que han convocado como acto de protesta por la muerte del joven.
Los allegados de Abel señalaron ayer en un comunicado que el Ayuntamiento de Sant Josep de Sa Talaia les denegó el permiso de concentración alegando que «podría aumentar el riesgo de una alteración del orden público con consecuencias imprevisibles tanto para los usuarios de la zona como para los concentrados».
Aun así, los amigos más cercanos de Abel decidieron reunirse ayer frente a las puertas del Hotel Ushuaia Beach divididos en grupos y en varios turnos desde las 17.00 hasta las 23.00 horas aproximadamente «de forma pacífica y sin interrumpir el tráfico».
De esta manera quieren mantener el recuerdo de su ser querido, así como «pedir justicia» ya que «su agresor sigue en paradero desconocido», han indicado.
Los familiares y amigos han exigido que se inicie una investigación «para depurar responsabilidades por el trabajo realizado por miembros del cuerpo de la Guardia Civil desde que recibieron el aviso de Interpol en el que comunicaban que posiblemente Baptista estaba en la isla, hasta como permitieron que saliera con tanta facilidad de ella».
Asimismo, también solicitan que se investiguen las actuaciones de la Delegación del Gobierno de Eivissa (Extranjería), así como de la Comisaría de Ibiza «donde Baptista llegó con un pasaporte falso y consiguió un NIE con el que poder trabajar».
Piden a su vez que sean revisados los expedientes del hotel Ushuaia en el Ayuntamiento de Sant Josep ya que, según declaran, les consta que el propio consistorio «ordenó poner fin a los espectáculos veraniegos que ofrecían, por carecer de licencias y posteriormente esta orden fue anulada».