David D., de 38 años y supuesto cerebro de la red de narcotráfico que la Camorra había montado en la Isla, tampoco era persona desconocida para las autoridades italianas. El hombre que anteayer se entregó a los agentes de Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA) Guardia Civil después de dos meses de presión policial contra él, formalizada con una orden europea de detención, contaba con antecedentes por tráfico de drogas, hechos por los que, al parecer, llegó incluso a estar privado de libertad en su día en su país.

Una vez en Eivissa, intentó limpiar su imagen mostrándose como un empresario italiano más dispuesto a invertir en la Isla. Durante los cuatro años que llevaba en la Isla fundó cuatro negocios, todos ellos ubicados entre la Marina y el puerto y especializados en hostelería y restauración.

La investigación, al respecto de estos negocios, tienen aún pendiente aclarar cómo se financiaron estos locales y si en algún momento, sirvieron para blanquear dinero presumiblemente procedente de la droga. La detención de David D., un hombre que pese a ser natural de Génova había supuestamente echado raíces con la Camorra napolitana, es la guinda que faltaba en la operación Dragone, una actuación saldado finalmente con 54 arrestos y con la que se ha puesto fin a un trabajo policial iniciado en Eivissa para acabar con una trama que ya estaba distribuyendo importantes cantidades de droga a los consumidores a los que la red servía.

«Un error»

David D., quien, según las informaciones recogidas por este periódico, no pudo salir de la Isla durante los dos meses que se sabía buscado, se presentó en el cuartel de Can Sifre diciendo que todo había sido un error y que él ya no tenía ninguna relación y, mucho menos, con la Camorra. Sin embargo la similitud de su apellido coincide con el nombre que ha dado la Guardia Civil ha esta investigación. El sospechoso tendrá hoy la oportunidad de explicarse ante el juez José Espinosa, esta semana de guardia, una vez que los agentes del EDOA lo lleven al juzgado.