La Guardia Civil ha descartado que el cuerpo encontrado hace unos días en un torrente en Sant Josep sea el del párroco de la localidad cántabra de Ampuero, Adolfo Linares, que desapareció a principios del pasado mes de julio en la isla.

Según han confirmado fuentes de la Benemérita a Europa Press, aunque aún no tienen los resultados de las pruebas de ADN, ciertos vestigios e indicios hallados en el cadáver les han hecho descartar que sea el del sacerdote.

Así, «prácticamente» saben quién es el fallecido, aunque no lo confirmarán hasta que estén las pruebas del ADN, de las que se encarga la Policía Judicial y que tardarán unos días.

En consecuencia, el hallazgo del cadáver «no tiene nada que ver» con el caso del sacerdote cántabro, de modo que tanto la investigación como las hipótesis acerca de su desaparición no han sufrido «ningún cambio».

El cuerpo sin vida, que se corresponde con un varón, fue hallado a finales de noviembre, en avanzado estado de descomposición. En los últimos meses, en la isla ha desaparecido, además del párroco de Ampuero, un ciudadano italiano.

El cuerpo fue hallado en un camino por unos senderistas que observaron a un perro mordisqueando un bolsa de plástico, en cuyo interior se encontraban los restos humanos. Aunque en un principio se pensó que el cuerpo podía haber sido descuartizado, ya que se había encontrado una pierna separada del resto, luego se comprobó que habían sido los propios canes quienes lo habían desmembrado.

Tras el hallazgo, los restos mortales fueron trasladados a Madrid, al laboratorio de la Policía Judicial, donde se practicó la autopsia y se extrajeron muestras de ADN.

PÁRROCO DE AMPUERO

Por su parte, el rastro de Linares se perdió a principios de julio en un acantilado de Vila, al que supuestamente llegó en una moto que había alquilado previamente para recorrer la isla. En concreto, el vehículo fue localizado el 7 de julio en un área conocida como El Calvario. Tres días después, el 10, estaba prevista la llegada del sacerdote al aeropuerto de Bilbao, algo que no se produjo.

Al principio la búsqueda se concentró en las inmediaciones del acantilado donde apareció la moto, pero posteriormente se amplió a toda la isla, y se trató de localizarle por tierra, mar y aire.