El joven húngaro detenido por la policía durante la presentación del colectivo en octubre de 2010. | ESTER REQUENA

La investigación policial resultó ser un chivatazo de los propios responsables de una iniciativa para compartir su afición al cultivo del cáñamo y el consumo de marihuana. K.K., el joven húngaro de 33 años detenido por agentes de Estupefacientes anteayer en Jesús y presidente de la asociación Cultivo Colectivo de Ibiza PM, fue a Comisaría el 22 de diciembre, junto con el tesorero y el secretario de esta entidad, a comunicar la existencia de su proyecto.

Es más, ellos mismos informaron de que pocos días antes se había presentado, como hicieron en otra ocasión, su solicitud en el registro de asociaciones e informaron de la ubicación de su sede social, el piso donde la policía decomisó casi 300 plantas de marihuana.

La actuación se realizó después de las comprobaciones que realizaron funcionarios de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado en las semanas siguientes tras esta entrevista. Pero tampoco había nada que esconder.

Muy transitado

El piso era continuamente transitado por los 30 socios del grupo y desde la calle se podían ver las telas verdes que se habían colocado en la azotea, sitio que había sido acondicionado como invernadero para obtener un mejor cultivo. Cada socio pagaba una cuota de 3,50 euros al mes para ayudar en el mantenimiento de las instalaciones y ello le daba derecho a recoger cada mes su cuota de beneficio: 60 gramos de marihuana.

Una sencilla multiplicación indica que los responsables del proyecto habían previsto obtener un cultivo mensual de 1,800 kilos de marihuana. Los agentes, sin embargo, informaron en su atestado de un decomiso total en la operación de 4,730 gramos, valorado en 20.622 euros.

K.K. fue entregado ayer en el jugado de guardia donde durante la mañana prestó declaración. Tras este trámite, en principio y vistas las circunstancias especiales del caso, estaba previsto que quedara en libertad con cargos mientras continuaban las diligencias judiciales en el juzgado que finalmente instruya la causa.

El arresto de dicha persona se realizó para acabar con la supuesta situación de ilegalidad en la que se hallaba esta iniciativa después de durante el último mes se hubieran verificado que ésta no había sido admitida como tal en el registro de asociaciones. Asimismo se supo que el mismo colectivo, con un nombre muy similar había intentado lo mismo meses atrás y que en mayo de 2011 se había rechazado su solicitud por no ajustarse a los requisitos que se pedían.

En el tiempo que ‘oficialmente' Cultivo Colectivo Ibiza llevaba desarrollando su actividad en su sede de Jesús, se había dotado al inmueble con los equipos necesarios para facilitar el control de la humedad, iluminación y temperatura donde se ubicaban los cultivos. Al parecer, la policía se incautó en este lugar de fichas y contabilidad que regulaban las entregas que se habían efectuado a los socios.

Del tricyclin a una idea que fue presentada en sociedad hace dos años

El presidente de Cultivo Colectivo Ibiza anunció en este mismo periódico en octubre de 2006 de la existencia de este proyecto y de conversaciones realizadas con la Policía Local y con la Brigada de Estupefacientes de Comisaría para informales de la incitativa. K.K. no era desconocido en VIla, lugar donde transitaba con una bicicleta ecológica, el tricyclin, que paseaba a turistas. Entonces, K.K. buscaba terrenos (o un ático) y 35 personas que se sumaran a su proyecto para compartir experiencias y conocimientos, así como consumo, con el cultivo de marihuana. Entre sus objetivos, también figuraba impartir seminarios y ofrecer talleres para enseñar trucos a la hora de cultivas el cannabis. «Somos cien por cien transparentes», dijo K.K. el día que presentó a Cultivo Colectivo en un café de Vila.