La juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, dejó ayer visto para sentencia un caso que deriva de un grave accidente laboral ocurrido en el puerto de Eivissa hace ocho años en el que el práctico del puerto J.I.M.F. se enfrenta a una petición por parte del Ministerio Público de dos años de cárcel por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores en concurso con otro de lesiones imprudentes y J. A. U. B., capitán del petrolero Mar Patricia, a cuatro meses por supuestas lesiones imprudentes. Los hechos que se juzgaron ayer ocurrieron a las 19,30 horas del 29 de abril de 2003 en el muelle Ro Ro de Levante, situado frente al amarre de los pesqueros, en el transcurso de la maniobra de amarre del mercante Mar Patricia.
Un trabajador de la empresa Amarradores y Servicios de Ibiza S. L. sufrió el golpe de una estacha (un cabo) que se zafó del noray al que él mismo la había sujetado. El golpe lo lanzó a una distacia de 14 metros. Sufrió fracturas craneales, pélvicas y de rodilla, así como múltiples contusiones de distinta índole. Su convalecencia duró 340 días y como secuelas le ha quedado una gonalgia residual moderada izquierda, parálisis de nervio peroneo, rotura parcial de ligamento cruzado posterior y anterior de su rodilla izquierda, coxalgia derecha y una cicatriz quirúrgica de 20 centímetros en la pierna más afectada en el siniestro.

Sin cursos
Las defensas de ambos acusados sostienen que el accidente fue consecuencia de un «actuación defectuosa del amarrador». Por su parte, el ministerio público, tras escuchar a las partes, mantuvo las peticiones de cárcel para los dos acusados. Tanto el ministerio público como la acusación particular cargan la responsabilidad sobre los acusados, principalmente en el práctico y responsable de la empresa para la que trabajaba el amarrador.
La fiscal sostiene que los amarradores no recibían los cursos adecuados para una tarea tan peligrosa. Tras el accidente la empresa comenzó con los cursos, argumentó la acusación.