La desgracia sorprendió a la tranquila calle de Mossèn Ribas i Ferrer, de Sant Antoni, a eso de las 08,00 horas de la mañana. En el número 2b, en Casa Holanda, un niño de siete años, que iba a cumplir ocho en el mes de octubre, era golpeado en la cabeza por una columna de hormigón del jardín provocándole la muerte.

«Ha sido un suceso terrible porque el niño estaba a punto de irse al colegio y salió a jugar mientras su abuela les preparaba un bocadillo a él y su hermana de cuatro años», aseguraba aún muy afectado uno de los tíos del menor fallecido. Precisamente en ese momento, la madre, de nacionalidad ecuatoriana, no se encontraba con los niños puesto que trabaja en el Bar Formentera de la localidad. Los padres y la hermana mayor del fallecido, de 16 años, tuvieron que recibir tratamiento psicológico por parte de especialistas de Cruz Roja. «Cuando ha llegado el personal sanitario en dos ambulancias para intentar reanimar a mi sobrino también han tenido que tratar a la niña pequeña que todavía no se creía lo que había pasado y pensaba que era un juego», explicaba el familiar.

La familia del menor fallecido llevaba viviendo en la vivienda de la calle Mossèn Ribas i Ferrer en régimen de alquiler desde el mes de diciembre de este año. Todos ellos son ecuatorianos, aunque el niño ya tenía la nacionalidad española. «En los próximos días estudiaremos a ver que hacemos con el cuerpo de mi sobrino, miraremos a ver si la casa tiene seguro y contrataremos un abogado para que analice y estudie quien tiene la culpa porque la columna de hormigón justo divide las dos viviendas», explicaba el tío del fallecido.