B.K., el portero búlgaro de la discoteca Top 21, acusado de haber propinado un brutal puñetazo a una mujer de 41 años el pasado domingo, fue puesto en libertad ayer con cargos por delitos de lesiones y tendrá que comparecer ante la justicia dos veces al mes.

El presunto agresor declaró durante la mañana en el Juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, dónde explicó una versión completamente distinta de los hechos a la que denuncia la familia.

Según Jesús Herrero Antón, abogado de Top 21, el ciudadano búlgaro aseguró ante la jueza que todo se desencadenó cuando los porteros no dejaron entrar a la discoteca a la pareja porque el hombre iba borracho y porque estaba cerrado. Después, y según la versión del acusado, los novios se marcharon a la acera de enfrente desde donde el joven empezó a dedicarle insultos xenófobos a B.K. hasta que a la carrera intentó agredirle. En ese momento, el portero dio un empujón al chico, con la mala suerte de que su cabeza chocó con la de su novia provocándole la herida que presenta.

En base a estas declaraciones, y viendo que el joven denunciado de 26 años tiene en Eivissa a toda la familia, la jueza encargada del caso decidió que no era necesaria la presencia de la representante del Ministerio Fiscal y ante el abogado de la defensa y la de la acusación decidió dejar al ciudadano búlgaro en libertad con cargos argumentando, principalmente, que no habría riesgo de fuga.

Esta decisión será recurrida por la familia de la víctima que se encuentra indignada ante la puesta en libertad de B.K. «Es una terrible injusticia que este hombre siga libre después de lo que ha hecho y con el riesgo de que, si el estado de mi hermana empeora, pueda escapar a otro país», aseguraba Francesca, hermana de la agredida. Incluso, también se han planteado interponer una demanda contra la Fiscalía General del Estado «para denunciar la actuación del ministerio fiscal en todo este caso».

Recuperación

Mientras tanto, la mujer presuntamente golpeada, natural de Santa Eulària, sigue recuperándose en la planta de Traumatología del hospital de Can Misses, donde fue operada durante más de seis horas para reconstruirle parte del arco supraciliar derecho mediante la inserción de placas de titanio Su familia asegura que pasa mucho tiempo sedada para que pueda descansar, aunque sigue sufriendo fuertes crisis de ansiedad y temblores por todo el cuerpo al recordar lo que sucedió el pasado domingo.