Los dos aseguraron ante la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, que no entraron a la casa para robar, sino para consumir cocaína o buscar un lugar en el que dormir, pero no supieron explicar por qué iban encapuchados. El juicio quedó visto para sentencia.

El ministerio público pidió una pena de dos años de cárcel para cada uno de ellos por un delito de robo con fuerza en casa habitada y, en el caso de que la juez considere que el delito fue cometido, supuestamente, en grado de tentativa, el castigo que se solicita es de un año y diez meses para cada uno de ellos.

Los acusados, el español J.J.S., que precisó de una intérprete de lenguaje de signos, ya que padece algún grado de sordera, y el marroquí Y.A., fueron detenidos sobre las tres de la madrugada del 25 de octubre por agentes de la Policía Local de Santa Eulària que fueron alertados de que se había detectado a dos encapuchados en una vivienda de la urbanización Siesta. Los agentes vieron la grabación de una cámara instalada en la vivienda en la que salían los dos encapuchados, uno de los cuales llevaba una sudadera con una calavera y el otro un pantalón de deporte con rayas. Los agentes dieron una batida por la zona hasta que dieron con ellos. Los arrestaron y se los entregaron a la Guardia Civil.

El dueño de la casa les acusó de robarles una batidora de cemento que no fue encontrada en poder de los sospechosos y que no se sabe donde está, ya que en esta casa se han producido varios robos.

Los dos detenidos son viejos conocidos de la Policía Local de Santa Eulària, que los ha detenido en varias ocasiones siempre por delitos contra el patrimonio. Sin embargo, uno de ellos tiene los antecedentes ya caducados y el otro no cuenta con ellos.

En su alegato, la representante del ministerio público fue concluyente: «Sin duda alguna entraron en la casa para robar».