J.A.G., un hombre de nacionalidad española y con varias condenas por incumplimiento de la orden de alejamiento, se enfrenta a una pena de un año de prisión si la jueza Clara Martínez de Arellano le considera culpable de amenazar a su exmujer el pasado 26 de mayo cuando se tenían que intercambiar a su hijo común en el Punto de encuentro familiar de la residencia de Cas Serres.

Durante el juicio, que quedó visto para sentencia ayer, se pudieron escuchar las dos versiones. Por un lado, la del acusado que asegura que todo es una «campaña orquestada» por su expareja, de nacionalidad ecuatoriana, para «alejarle de su hijo y tener más facilidades para conseguir el divorcio», y la de la denunciante, que asegura que en el portal de su casa el hombre la insultó y la amenazó diciéndole: «Vas a volver conmigo por las buenas o por las malas».

En este sentido, ella contó ayer con las declaraciones durante la vista oral de varios de sus familiares. Tanto la sobrina como la hermana aseguraron ante la jueza que el hombre pasó con su coche, «un Peugeot azul con los cristales tintados», por la puerta del domicilio de la mujer ecuatoriana, en la calle Port de las Sabinas de Vila, y comenzó a insultarlas y ha dirigirles «comentarios racistas».