La abuela y el tío maternos de Ruth y José, los dos niños supuestamente asesinados por su padre, José Bretón, han relatado este miércoles ante el magistrado Pedro Vela y el Tribunal del Jurado que el acusado era «estricto» y «controlador» con sus hijos, además de ser «una persona fría» y que «no los perdía de vista ni una vez».

En primer lugar, la abuela, Obdulia Ramos, quien ha declarado muy emocionada y con varios momentos de llanto, ha detallado a la fiscal María de los Angeles Rojas que la relación con el procesado era «cordial y normal», aunque «se deterioró» cuando el matrimonio se fue a Huelva a vivir, si bien dice que «nunca» discutió con ella.

Además, tras ver como un día Ruth llegó a casa «con los ojos de haber llorado», la abuela de los niños ha afirmado que su hija «se estaba deteriorando» y cada vez las visitas a la casa de ambos «eran más escuetas», de hecho ha relatado que Bretón dijo que «jamás» pisaría su casa y cuando se fueron de Huelva a El Portil dice que no vio a los dos niños «en tres meses».

Asimismo, comenta que es una persona «rencorosa» y asegura que «jamás» animó a su hija «para que se separara, lo único es que la veía muy deteriorada, no era su comportamiento, era un zombi andando, haciendo mecánicamente las cosas».

En relación al día en el que se fueron sus hijos de Huelva a Córdoba, la abuela ha destacado que cuando se iban Bretón le dijo que era «la última vez» que los veía, a lo que ha añadido que Bretón con sus hijos era «una persona fría y los tenía totalmente controlados» y que «le molestaba» que la niña le hiciera «cariños» a la abuela y que el niño «cuando salía de la guardería» se fuera hacia ella. «Lo vi maltratar al niño, sentarlo como un barreño en el asiento del coche», ha destacado, para precisar que Bretón tenía «manías» como «utilizar pañuelos para abrir las puertas», entre otras.

En cuanto a la declaración del hermano de Ruth Ortiz, Estanislao Ortiz, ha explicado que la relación de José y Ruth «al principio fue normal, aunque un poco fría» pero lo achacaba a que en su familia siempre han sido «muy cariñosos y besucones». No obstante, ha añadido que, «con el paso del tiempo te vas dando cuenta de que en situaciones le gritaba, le llamaba la atención por hechos que yo no lo concebía».

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Sobre la relación del acusado con su hijo, dice que era «estricta y muy seca» y sin trato cariñoso. «La sensación siempre era que el padre me observaba al jugar con la niña», ha comentado Estanislao, para precisar que la situación «iba a acabar muy mal» y dice que vio otras situaciones «con miradas que no entendía» y en una ocasión apartó a Ruth en una habitación y «le pegó voces, porque habían tocado a la niña».

«Quería quedarse con los niños como fuera»

Sobre las declaraciones de los amigos de la familia, que han comenzado pasadas las 13,30 horas tras el único receso de esta jornada, uno de ellos, agente policial, ha comentado que «nunca» vio «nada extraño» en la relación, aunque Bretón era «un poco estricto» y dice que lo vio «un poco alterado» con la separación. Otra amiga de la familia ha declarado que Bretón la llamó para que hablara con Ruth para «ver si se podía reconciliar» el matrimonio, y en una ocasión lo notó «más nervioso» y relata que «no imaginaba que pudiera hacer daño a los niños», aunque le aseguró que «quería quedarse con los niños como fuera, que estaban mejor en Córdoba que en Huelva».

En otro orden de cosas, uno de los amigos ha manifestado que notó a Bretón «muy dolido» con la separación, aunque tras supuestamente desaparecer los niños dice que habló con él y «más que triste» percibió que «estaba como furioso y que había discutido con su cuñado» en la finca familiar cuando estaban los agentes policiales. «Algo no cuadraba» en sus testimonios, según ha indicado, para precisar que Bretón le dijo que «quería una explicación» de Ruth de «por qué lo había dejado y que se lo explicara a los niños». A este testigo le preguntó antes de los hechos cómo era la seguridad en la Ciudad de los Niños, y asegura que «nunca» le nombró el Parque Cruz Conde.

Otro de los amigos ha aseverado que Bretón es una persona autoritaria, que «todo lo controlaba», y dice que le extraña que él se despistara de los niños «en algún momento», puesto que estaba «muy encima de los niños». Mientras, el marido de la mujer que declaró en el juicio de la bofetada de Bretón a su hijo en esta jornada ha expresado que el acusado tenía un trato «normal y cariñoso» con los niños, aunque días antes de los hechos se refería a Ruth Ortiz como «una hija de puta por lo que le había hecho» que «no se iba a salir con la suya».

En cuanto a la declaración de la mujer testigo del juicio referido, ha señalado que Bretón le pidió que mediara en la separación de ellos, pero «era algo demasiado personal» y ella dijo que se preocuparía por el estado de Ruth como amiga, pero no más, a lo que añade que «notaba que era una pareja en la que él siempre actuaba de manera machista» y en las últimas ocasiones «con maltrato psicológico por los malos modos en los que le hablaba». Igualmente, ha precisado que Bretón «siempre controlaba la situación» y no cree que se le perdieran de vista los niños en el Parque Cruz Conde.

En esta sesión, en la que ha comparecido la madre de los niños, Bretón estuvo esposado y detrás de una mampara durante las declaraciones de Ruth, su hermano y su madre. Precisamente, en ésta última algunos miembros del jurado se han emocionado; mientras que en el resto de testimonios, Bretón, ya sin la mampara y sin esposas, mantuvo la mirada perdida por momentos, atento a las palabras de los testigos, pero sin mirarlos en ningún momento.