Parece lógico que si se mezclan distintas drogas el resultado no suele ser positivo. Si a esta combinación se le une el alcohol, los factores de riesgo aumentan exponencialmente y el desenlace suele ser fatal. Así al menos queda comprobado al registrar el caso de los cuatro jóvenes turistas británicos que han perdido la vida en Eivissa durante este mes de agosto.

En casi todos los casos se repite un mismo patrón: joven turista británico que se aloja en un hotel de Sant Antoni para pasar unos días de vacaciones con los amigos, disfruta de la fiesta, bebe, consume drogas y por causas que se desconocen acaba muerto, bien al precipitarse desde un balcón o por una reacción adversa a las sustancias estupefacientes consumidas.

El último precedente trágico de un ‘balconing’ lo encontramos hace apenas diez días, el pasado 14 de agosto. Fue el caso de Grant Peter Weston, un joven británico de 24 años que murió en el acto al precipitarse desde la cuarta planta del hotel Es Vedrà de Sant Antoni donde se alojaba con unos amigos. Este exfutbolista de un equipo de Gales, que había venido a la Isla de vacaciones con unos amigos, se precipitó cuando al parecer intentó cruzar de un balcón a otro en avanzado estado de embriaguez.

Idéntica suerte corrió Christian Bale, otro turista británico de 24 años que murió el 5 de agosto también al precipitarse desde una habitación del hotel Apolo de Sant Antoni después de una noche de fiesta en la que había bebido mucho junto a unos amigos.