Si el lunes hubo final feliz en la historia del hombre francés de 81 años que fue encontrado a salvo en su pequeña zodiac a unas veinte millas de Tagomago, ayer no hubo tanta suerte y finalmente los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil encontraron el cadáver del joven turista alemán que desapareció el domingo junto a Cala Salada.

Tras dos días de intensa búsqueda el cadáver fue hallado a unos diez metros del lugar donde se le perdió la pista, junto a la zona rocosa de sa Foradada, y muy cerca del fondo del mar. Según las primeras informaciones, y a falta de que se le realice la autopsia correspondiente, todo parece indicar que falleció por los golpes que se produjo contra las rocas empujado por el fuerte oleaje.