Algo no les cuadra a los investigadores. A pesar de que R.R.G., el primer agente del Cuerpo Nacional detenido en relación con el robo millonario en el Grupo de Empresas Matutes, reconoció ser el autor del mismo y de que explicó con detalle lo que hizo con el dinero, que además ha sido recuperado, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) mantienen abierta la investigación «porque aún quedan muchas cosas por aclarar», confirmaron ayer desde la Comisaría de Eivissa.

De las declaraciones de los dos acusados se extrae que R.R.G. actuó en solitario, ya que disponía de los medios para ello. Este agente, que vivía junto a su familia en un inmueble situado frente a las oficinas del grupo en las que se produjo el robo, contaba con la confianza de los responsables de la empresa y, en consecuencia, tenía, presuntamente, las llaves maestras de muchas dependencias, incluida la que alberga la caja fuerte que él mismo reventó con una lanza térmica, según su propio testimonio. R.R.G. prácticamente exculpó a su compañero.